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Ministra Jara: «La jornada laboral no es un factor directo de causalidad entre productividad y horas trabajadas»

La titular de la cartera de Trabajo y Previsión Social señaló, en conversación con ADN, que ese argumento contrario al proyecto de 40 horas se contrasta con que "Chile es de los países que tienen mayor cantidad de horas (trabajadas en la OCDE) y menor productividad".

Ministra del Trabajo, Jeannette Jara

Ministra del Trabajo, Jeannette Jara

Ministra del Trabajo, Jeannette Jara, por ingreso mínimo, 40 horas y más - ADN Hoy - 8 de junio de 2022

16:10

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El sector del trabajo ha sido una de las áreas, quizás, más vertiginosas de la administración del Presidente Gabriel Boric y la coalición Apruebo Dignidad: el aumento del sueldo mínimo solo cinco meses después de asumir, la priorización en el proyecto de reducción de la  jornada laboral a 40 horas semanales, los anuncios de reforma tributaria y previsional, por nombrar algunos.

En ese contexto, la ministra de la cartera de Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, conversó con ADN desde Ginebra, Suiza, para llegar a la 110° Conferencia Internacional del Trabajo que allí se lleva a cabo.

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Pero antes, participó de un encuentro con ministros de Trabajo de distintos países de la OCDE en París, Francia, con el objetivo de «evaluar las medidas que se han tomado precisamente pro-empleo y en virtud de la protección social y que se hizo en atención a la experiencia de la pandemia».

«Muchos países experimentamos una situación similar y donde no en todos se trató de la misma forma los efectos de la pandemia y la recuperación ha sido bastante desigual. Pero la preocupación que persiste es precisamente el costo de la vida y la inflación, y sin duda nuestro país no está ajeno a esa realidad», agregó.

Así, la reducción de la jornada laboral a 40 horas fue parte del debate en el organismo internacional. La ministra adelantó que en septiembre próximo la OCDE tendrá un informe relativo al tema, «que será muy pertinente para el debate chileno. Esto lo hace con la mirada puesta en algo que en Chile muy pocas veces discutimos, que es el bienestar y el impacto que esto tiene en la vida de los trabajadores y trabajadoras».

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Es allí donde los argumentos se cruzan con quienes plantean que la reducción de la jornada podría afectar la productividad: «Respecto de qué viene antes, nuestro país hace más de 10 años tiene estancada la productividad. Y segundo, sabemos claramente que la jornada laboral no es un factor directo de causalidad entre productividad y horas trabajada. Porque también sabemos, y lo demuestra así la OCDE, que Chile es de los países que tienen más altas horas de trabajo, mayor cantidad de horas, y menor productividad».

«Hay personas que anteponen crecer en productividad para luego reducir horas como si aumentar o reducir horas produce o no produce productividad, y ese es un debate que no tiene un sustento, una evidencia palpable, por lo que señalaba: Chile tiene altas horas de trabajo y baja productividad. Hay más elementos que intervenir: por cierto inversión en ciencias; un uso intensivo en nuevas y mejores tecnologías, y que nuestro país debe apostar», precisó la secretaria de Estado.

A ello, añadió que la reducción de la jornada laboral se ha aplicado en otros países con distintas condiciones económicas: con alto crecimiento, con alta inflación, etc. Las claves serán, finalmente, «dos elementos: primero, que la reducción de la jornada laboral se implemente con la gradualidad necesaria. Y hay harta experiencia comparada: hay países que hace más de una década han pasado por esta reducción. Pero en segundo lugar, esto además se va a tener que complementar con las medidas de productividad que ya encargó el Presidente de la República y que le encargó en particular a los ministerios de Economía y Hacienda llevar adelante como una agenda conjunta».

ADN

La ministra Jeannette Jara, junto a sus pares de Hacienda y Economía, Mario Marcel y Nicolás Grau. / Archivo Agencia Uno. / Leonardo Rubilar

De esta forma, las resistencias serían, a juicio de la ministra del Trabajo, de tinte ideológico: «Lo que ocurre es que hay distintas temáticas , concesiones para las cuales nunca es el momento adecuado para avanzar en derechos laborales. Eso es una realidad concreta: lo puedes ver hoy en el debate de reducción de jornada, pero antes lo puedes ver en 2002, por ejemplo, cuando se creó el seguro de cesantía:  donde para algunos tampoco era el momento en el cual el empleador cotizara en el 2%, porque sino el desempleo iba a crecer, la economía se iba a calentar e íbamos a estar en crisis. Hay que ponerse de acuerdo como país, hay cosas que no se pueden seguir postergando».

«En torno al salario mínimo, algunos economistas han recomendado que no se alcen los salarios porque eso podría producir presiones inflacionarias. El debate internacional en materia laboral es precisamente a la inversa: con motivo del alza en la inflación, los salarios, para no perder poder adquisitivo, deben ser reajustados. Hay que abrirse a esos debates, porque lo que no podemos hacer es que nunca sea el momento de los trabajadores», añadió.

Hacia el final de la conversación, se hizo cargo de las críticas que apuntan a un aumento de la informalidad como consecuencia del aumento al sueldo mínimo: «Está estadísticamente comprobado que la recuperación del empleo después de las distintas crisis económicas que hemos experimentados parte por mayor crecimiento de puestos informales. No lo digo para quedarnos tranquilos, sino porque es como ha ocurrido históricamente: donde se empieza a recuperar empleo, que es el que más crece, pero luego se va formalizando, es el trabajo más precario».

«En segundo lugar, ante aquellos que sostienen que el aumento del salario mínimo genera más espacio de informalidad, se puede argumentar lo contrario: las personas que han iniciado emprendimientos, que también están clasificadas como informales en las estadísticas, muchas de ellas han descubierto que dedicándose menos horas a sus propios emprendimientos ganan lo mismo o más que dedicándose 45 horas laborales a un salario que ni siquiera con su familia les ha permitido salir de la línea de la pobreza. Entonces seguir usando argumentos del momento económico que vivimos para efectos de no avanzar en salario mínimo o derecho laboral reconocido internacionalmente al tiempo libre a través de la reducción de la jornada laboral, son debates que se dan desde ciertas posiciones ideológicas para los cuales nunca es tiempo para que se avance en los derechos de los trabajadores. Pero hay que avanzar con gradualidad, con responsabilidad y mirando los distintos elementos de política pública. Pero atribuirle el alza del salario mínimo al alza en la informalidad me parece una mirada un tanto parcial», concluyó.

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