FOTOS. Descubren en Magallanes el mamífero placentario más antiguo de Chile: una mezcla entre rinoceronte, hipopótamo y tapir
El molar de un astrapoterio del Eoceno amplía 400 km al sur la distribución conocida y abre nuevas pistas sobre la fauna patagónica.
Juan Enrique Bostelmann / Juan Enrique Bostelmann
Un pequeño molar hallado en rocas de la Formación Río Turbio, en Sierra Baguales (Región de Magallanes), permitió identificar a Albertogaudrya unica, un mamífero herbívoro del extinto orden Astrapotheria que habitó el extremo austral durante el Eoceno medio-tardío (entre 40 y 37 millones de años). El estudio, publicado en Andean Geology (revista del Sernageomin) y destacado en portada, amplía la distribución conocida de esta enigmática especie más de 400 kilómetros hacia el sur y aporta claves sobre la evolución de la fauna patagónica.
El trabajo fue liderado por Juan Enrique Bostelmann, paleontólogo y encargado de la Unidad de Paleontología y Biocronología de Sernageomin, investigador asociado del Núcleo Milenio EVOTEM y candidato a doctor en la Universidad Austral. “Lo más interesante de este hallazgo es que a partir de un resto tan pequeño podemos reconstruir una historia biológica, geológica y evolutiva de enorme interés”, explicó. “Los dientes en los mamíferos son estructuras muy específicas y tremendamente informativas: nos hablan del tipo de dieta, de sus especializaciones ecológicas, del parentesco con otras especies y del ambiente en que vivieron”.
El análisis morfológico confirmó la asignación a Albertogaudrya unica, registrada antes en Chubut (Argentina) y Aysén (Chile). Su detección en Magallanes sugiere conexiones faunísticas a lo largo de la Patagonia durante el Cenozoico. “De este período conocemos muy poco sobre los mamíferos del sur de Patagonia… Gracias a este hallazgo empezamos a visualizar que la flora y fauna a lo largo de Patagonia era más bien homogénea”, señaló Bostelmann.
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Los astrapoterios fueron mamíferos herbívoros exclusivos de Sudamérica, con auge entre los 50 y 15 millones de años y extintos hace unos 10 millones. “Sabemos que era un animal de cerca de 200 kilos, más grande que un tapir actual pero más pequeño que un toro”, dijo el investigador. “Si lo viéramos hoy, parecería una mezcla entre rinoceronte, hipopótamo y tapir; sin embargo, pertenece a un linaje completamente distinto y exclusivo de Sudamérica”.
El molar fue recolectado años atrás en el marco del Proyecto Anillo de Ciencia Antártica liderado por la Dra. Teresa Torres y permanecía resguardado hasta su revisión. Hoy, el equipo gestiona —con autoridades patrimoniales regionales y el Consejo de Monumentos Nacionales— la creación de un repositorio en Puerto Natales para conservar en la región los fósiles de Sierra Baguales. “Existe gran interés por conservar estos ejemplares en Magallanes”, apuntó Bostelmann.
Juan Enrique Bostelmann / Juan Enrique Bostelmann
Juan Enrique Bostelmann / Juan Enrique Bostelmann
Sernageomin subrayó su labor histórica en investigación y protección del patrimonio fósil. “Nuestra colección nació a comienzos del siglo pasado en el antiguo Instituto de Investigaciones Geológicas y hoy contiene ejemplares de gran relevancia”, destacó el paleontólogo. La Unidad de Paleontología y Biocronología aporta dataciones, reconstrucción de ambientes y curaduría técnica que alimenta la cartografía del Plan Nacional, además de preservar parte de la historia natural del país.
El avance refleja un esfuerzo colaborativo entre instituciones chilenas y especialistas argentinos —incluidos artistas científicos que contribuyeron a la reconstrucción del animal—. “La ciencia siempre es un esfuerzo colectivo… buscamos entender cómo ha cambiado la vida y los ecosistemas a lo largo de miles o millones de años”, concluyó Bostelmann.
Juan Enrique Bostelmann