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Luis Jara y una conversación desde boleros hasta memes: «Me siento parte de la cultura pop de nuestro país»

En entrevista con ADN, el cantante habló de su nuevo disco "Toda una vida", en la que tributa distintas canciones del ayer. También habló de sus labores televisivas como jurado de "Talento Rojo", aunque más bien prepara material para incusionar en YouTube. Y además entregó una profunda reflexión sobre sus 35 años de carrera.

Luis Jara y una conversación desde boleros hasta memes: «Me siento parte de la cultura pop de nuestro país»

En las radios y parlantes del país suena la música urbana, sonidos electrónicos, la autogestión de la nueva era y el autotune en todo su esplendor. Mientras tanto, un ejercitado y maduro Luis Jara le canta al amor y a la nostalgia a través de un set de boleros que decidió reversionar, muy fiel a su estilo.

Hace unos días, el cantante nacional lanzó su disco Toda una vida. Más allá del nombre de una canción muy conocida en la -casi extinta- época de los lentos, resulta que Lucho Jara lleva toda una vida cantando. Son 35 años de trayectoria en los que se entreteje la música con la televisión.

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Pero Luis Jara quiso hacer algo que le gusta, sin afán de acaparar primeros lugares ni múltiples reproducciones, pese a que sí tuvo un periplo por la música urbana. Para él, interpretar canciones como Tres palabrasHay amoresAsí es su forma de conectarse con un público cautivo.

Y especialmente con las mamás, ya que el próximo 8 de mayo Luis Jara realizará un concierto en el Movistar Arena, en el marco del Día de la Madre, para el que se prepara en lo que será su vuelta a los grandes escenarios chilenos, luego de la pandemia del covid-19 y las restricciones sanitarias.

Como adelanto de esta etapa, presentó el videoclip de Espérame en el cielo, una canción que lo identifica y lo une a sus padres ya fallecidos, así como a otras personas que han experimentado la pérdida, al igual que él.

En una extensa conversación con ADN, Luis Jara transitó por distintos aspectos de su vida: el romanticismo, las redes sociales y sus planes. Aunque también confrontamos al Lucho más joven, al del ayer.

Luis Jara, el romántico

– Mientras todos hacen música urbana, tú haces boleros, aunque tuviste un periplo. ¿Cómo fue esa transición entre lo que está de moda y los éxitos del recuerdo?

Aquí hay una sola culpable, que es la pandemia. La pandemia fue muy inspiradora, porque como tuvimos tiempo… el tiempo me hizo ocuparme de las cosas más esenciales. Tener tiempo ya era una especie de aventura para todos. Muchos se volvieron locos o locas en el sentido de que no saben o no sabíamos qué hacer con el tiempo. Es una locura. Qué hago con el tiempo libre, no tener tiempo es como si fuera un pecado.

Yo ocupé el tiempo que tenía, que era mucho, en pensar y qué hago con mi tiempo. Y de repente dije a mí me gusta cantar. Pero vas a cantar para vender más discos, para ser más famoso, para ganar más plata… No. Voy a cantar porque quiero cantar.

Me encontré con circunstancias muy nuevas para mi familia. Yo tenía un equipo de música con un micrófono que suena espectacular en el quincho de mi casa. Nunca lo ocupé. No. Cantaba en karaoke para fiestas. Pero nunca lo ocupé. Y de repente un día mi señora, que es mi mejor amiga, mi compañera, la que me aguante, la que se ríe con mis locuras, me dice mi amor yo no puedo creer que llevái dos horas cantando. Entonces la Silvana limpiaba la casa y estaba sentado cantando, cantaste Granada… (la tararea). Y qué te molesta. Me dijo que se nota que estás disfrutando cantar, lo estái pasando bien. Y dije sí.

Ahí agarré la idea de y qué te gustaría hacer, Lucho Jara. Voy a grabar un disco de boleros. No le pregunté a nadie, y lo grabé no más. Pero me di el tiempo, saqué los mejores músicos, lo grabé en 10 meses, lo grabé en estudio, lo mezclé en Miami, invité a artistas extranjeros, armé una producción en mi cabeza tan grande como las ganas que tenía de cantar.

ADN

Samantha Palma – ADN

– Y esto de los tiempos… la televisión consumió mucho tiempo de tu vida.

Sí, los últimos casi 30 años.

– ¿Cuál es la reflexión que haces de todo el tiempo que invertiste en televisión, que también sirvió para acercarte a tu público? Pero también tienes este anhelo de volver a cantar, incluso de reencontrarte con tus raíces, porque hablas de recuerdos y los boleros de tu infancia.

A ver. Hay dos cosas. De lo que hablas de mi largo viaje en televisión como conductor, yo hago una mirada en perspectiva y siento que mi carrera ha sido insospechada en la televisión, partiendo de un humilde programa, a tener quizás el estelar más soñado que un artista puede tener y uno de los matinales más exitosos de la televisión chilena.

En la perspectiva del tiempo, miro y digo qué carrera tuve como conductor y soy súper agradecido con eso. Y no es una carrera que no busqué. Creo y reconozco que hay muchos conductores y comunicadores que han buscado. No busqué, simplemente lo hice.

Pero hoy tengo el pase en la mano y hacer eso me ha ayudado a actuar un poquito más en libertad. Y esa libertad me ha permitido acercarme a la nostalgia y al romanticismo y también darme cuenta de algo que a todos nos ha pasado en particular: que al no tener tiempo, no podíamos viajar y habíamos perdido un poco la mirada hacia la historia.

Yo he construido un relato que me parece muy coherente, que tiene que ver con las cosas más cotidianas y que marcaron la época de tus padres, de mis padres, de mis abuelos, de la historia. No se puede construir nada si uno no tiene una mirada histórica y la cotidianeidad, por ejemplo, me pasa que ver tele en familia, de pararse para prender y apagar la tele, había que hacer un ejercicio. Que cuando tú querías escuchar la música o querías grabarla, tenías que esperar que la tocaran en la radio para grabarla en un radio cassette. Que el cassette era una forma de comunicarse. Que para expresar el sentimiento a alguien o que ibas demorado, no habían las aplicaciones que existen hoy día.

Todo era mucho más romántico y eso se perdió. Dedicar una canción, escribir una reseña de tus sentimientos y enviárselo a una persona, que esa persona se quedara con ese registro guardado, todas esas cosas se perdieron. Entonces cuando vas a un registro como el que hice ahora, es como oye en realidad esta canción yo la escuchaba, mi abuelo la escuchó siempre, yo me acuerdo en mis vacaciones o me acuerdo que vi en un programa de televisión… y te obliga a viajar y te lleva a la nostalgia.

Todo lo que hice de manera muy impensada, intuitiva y orgánica… épico, esa palabra estaba buscando, me ha traído a hacer este disco.

ADN

Samantha Palma – ADN

– A propósito de todas estas cosas que nombrabas, de dedicar una canción… ¿Cuándo fue la última vez que bailaste un lento?

Antes de venirme a Chile, hace dos semanas. Incluso la canción Abrázame Así, que es de Mario Clavel y la canta Roberto Carlos, que está en mi disco, es la canción con la que con la Silvana nos escapamos hace un año a la Cascada de Las Ánimas, fuimos a buscar la cabaña donde nos enamoramos después de 30 años. La invité, nos alojamos en la misma cabaña en que nos alojamos cuando estábamos partiendo y había recién grabado esa canción, la tenía en mi celular. Y la bailamos. Soy de invitar a bailar. Soy súper romántico.

– Hablando de las canciones del disco, especialmente de Espérame en el Cielo, ¿qué te produce esa canción?

Veo a mis papás sentados en una nube, como un registro de lo que creo que va a pasar, que nos vamos a cruzar en otra dimensión. Sé que están ahí y como que me están mirando, como que están tomados de la mano, sentados juntos. Todos tenemos un ser amado y querido que se fue porque se cumplió un ciclo o se fue anticipadamente.

Le mandé el video de esta canción a un amigo que perdió a su hijo a los 5 años y me dice me mataste, yo algún día espero encontrarme con mi hijo. Es una conexión muy frágil con la nostalgia.

– Sobre las canciones que elegiste para este disco. No quiero hablar de criterios porque es una palabra muy fría para un disco tan íntimo. ¿Cómo elegiste estas canciones?

Es un trabajo de repertorio que lo hice en serio con Leo García, que ha sido mi productor de muchos años. Busqué boleros poco manoseados, la verdad, para serte bien honesto. Porque ahí está Somos Novios, Contigo Aprendí, Solamente Una Vez, Contigo en la Distancia… pero que han sido súper reversionados. Lo que sí tenía claro era no hacer un disco de lugares comunes porque iba a competir con muchas versiones.

La canción Abrázame Así lo busqué en YouTube, sólo está la versión de Roberto Carlos y no fue un gran hit de él. Que me quemen tus ojos no existe como bolero. La canción Cuando estoy contigo de Armando Manzanero tiene una sola versión que es de Celia Cruz. La canción de Sandro, Así, no tiene otra versión.

Sí en el trabajo de repertorio hubo un trabajo, no fue anotemos canciones, ya, oye cántate… si esa tiene 50 versiones, de Marco Aurelio, de Luis Miguel, de los Panchos, de Jorge Solís… Entonces, hay canciones que han sido súper reversionadas y eso a mí me generaba un ruido y ahí hubo un trabajo de elección de repertorio.

Es muy mío, es bien personal. Y creo que como aún siento que este disco no lo he mostrado lo suficiente, dependiendo de cómo vayan pasando las cosas, recién voy a mostrar este disco en Miami el 1 de julio en un concierto. Aún no sé cómo puede evolucionar este disco y de repente digo hagamos un volumen 2, porque como este disco todavía no explota masivamente, no voy a competir con Bad Bunny ni con Marcianeke. Pero en rigor, como que este disco que sea de nicho, que ese público te pide espontáneamente oye, por qué no hacemos otro más. E incluso hay acá en Chile boleros de compositores chilenos que son espectaculares.

Luis Jara, meme y modelo

– Dices que este disco es de nicho y que no le competirás a Bad Bunny. ¿Cómo convives hoy con las plataformas digitales y las nuevas tecnologías?

He tenido una adaptabilidad muy rápida a las redes sociales y a las plataformas digitales. Me he rodeado permanentemente en mi vida de gente más joven que yo. De hecho, mis mejores amigos son todos 20 años más jóvenes que yo. Me aburro un poco con mi generación. No puedo creer que mis compañeros de curso no tengan Instagram, qué fome. Uno me dijo hueón, mándame un fax. Pero no, no puedo estar escuchando esto. A lo más con Facebook.

No reniego de la edad que tengo, me encanta la edad que tengo, pero yo soy… tengo algo de Peter Pan adentro, a pesar de que tengo experiencia, me gusta mucho la gente joven y por eso que yo me adapté muy humildemente, no te digo que soy un experto, pero aprendí a hacer reel, hago vivos, sé cuál es y a qué hora tengo mayor flujo de seguidores para subir mis historias y mis contenidos. Me preocupo que la gente con la que trabajo me revise los contenidos antes de subirlos. He aprendido y sé por ejemplo cada cuánto tiempo se puede sacar una canción para que tenga más… He aprendido, me he adaptado y me gusta.

– Te pregunto directamente: ¿qué se siente ser un meme?

Tengo dos miradas: una, no solamente soy un meme, sino también soy un emoticón, tengo varias definiciones. Al principio, cuando mi hijo, que tiene 14 años, cuando a los 8, 9, me dijo papá, ¿por qué la gente se burla de ti? ¿Por qué se hace eso? Porque cuando se hacen memes es que la gente se ríe de algo o de alguien. Le digo hijo, también se hacen memes cuando la gente quiere algo.

Me quedé pensando y dije bueno, aquí hay una mirada de un niño que se juntó en una época muy complicada para mí, del punto de vista que había una fuerza un poquito opositora en las redes sociales, la que tuve que aprender a manejar emocionalmente. Pero apuntando un poco a tu pregunta, yo disfruto mucho los memes, porque los siento como un acto de cariño.

O sea, mi equipo ha sido testigo que cabros súper jóvenes, de distintos estratos sociales, se me acercan y se quieren sacar fotos conmigo y como que lo disfrutan. Entonces no sé cómo decirlo, no quiero sonar o amplificar una sensación, pero me siento parte de la cultura pop de nuestro país, me lo han hecho sentir así. De hecho, yo tengo una carpeta de memes míos y tengo mi favorito. Entonces al principio me costó lograr entender el porqué y después me di cuenta que sí, hay un acto de cariño. No había ninguna falta de respeto de por medio.

– ¿Te hubiera gustado ser modelo?

No, me hubiera gustado ser rico (risas). Me hubiera encantado, andaría todo el día en pelota, me sacaría todas las fotos. Imagínate, soy posero así, imagínate con un metro ochenta y cinco, fornido, ha sido insoportable, por eso Dios sabe lo que hace, me dio esta estructura muy de la media y me dijo ya, arréglatelas con eso.

https://www.instagram.com/p/CbWGTZRsHA9/

Luis Jara, el jurado

– No quiero desvincularte de la música, pero en esta entrevista sí hay que vincularnos a la tele. Porque estuviste de regreso en Talento Rojo. De hecho, en TVN estuviste hace 40 años en De Cara al Mañana. ¿Qué recuerdas de esa época?

Lo pasaba tan bien como ahora. Es como tú vives en Miami, sí. ¿Te acuerdas de tu casa en El Quisco? Sí, y lo pasaba tan bien como ahora. Sí suena fuerte que estuve en TVN hace 40 años, es como estar hablando de una especie de señor legendario, pero también fue ayer.

– ¿Qué se siente ser jurado?

Me encanta. Lo he pasado increíble, no sabes lo que disfruto agarrar la ropa, llegar allá, sentarme, mirar a los concursantes, mirarlos a la cara, encontrarme en el pasillo con ellos, darle algunos tips, algunas veces he cometido ciertas cosas medias fueras de protocolo que digo, les corrijo la forma de vocalizar…

Siempre quise ser jurado, siempre quise estar sentado en ese privilegiado lugar. Porque además respondo de una forma en la que a mí me hubiera gustado ser tratado. Porque hubo un tiempo en que los programas de talentos gozaban con la humillación. Entonces apretaba un botón y decía váyase, no sirve, fuera, no me interesa.

Claro, una cosa es que tú busques momentos televisivos, pero otra cosa es que tú humilles a la gente y hay gente que puede tener más o menos talento, o no estar en su momento, pero es distinto a decirle váyase, pare su actuación, salga de aquí, no vuelva más a la tele. Habían programas de talento en los que apretabas un botón y es una forma de martirizar, exponer, humillar… no es un formato que me quede cómo, éste me gusta. ¿Se puede mejorar? Sí. Me gusta mi rol de jurado, voy feliz a grabar el programa.

– Si te pudieras encontrar, desde tu rol de jurado, con el Luis Jara que iba al Sábado Gigante, jovencito… ¿Qué consejo le darías?

Yo lo habría dejado… le habría dado como consejo que mirara más de frente, sin tanto miedo, pero le habría encontrado mucha fuerza, le habría dicho tú tienes algo, no sé si va a ser ahora, pero en mucho tiempo más creo que tú lo vas a lograr, pero por lo pronto trabaja en tu seguridad. Tienes algo que me refleja inseguridad. Eso le habría dicho, que tienes que trabajar en tu seguridad personal, porque tienes mucho, mucho futuro.

Fui producto de casting, participé en muchos festivales y me ha costado mucho trabajar en mi seguridad, hasta hace poco. Hoy día voy mucho más relajado por la vida, porque ya me importa poco el qué dirán. La gente me forzó y yo mismo trabajé en función de me da lo mismo cómo me vea, me saco las fotos como quiero, grabo la música que me gusta, no ando por la vida, no peleo con nadie.

Ese soltar es agradable y si lo hubiera tenido de más joven, quizás la vuelta no habría sido tan larga, pero también me ha hecho tener mucha más experiencia.

Luis Jara, el reflexivo

En este punto de la entrevista, Luis Jara continúa con sus reflexiones sobre su pasado y entregó una radiografía de cómo se enfrentó al público chileno e internacional, con notables diferencias entre uno y otro.

– Creo que en todos los concursos que estuve, de los cuales muchos gané… y te voy a decir algo que tampoco he dicho nunca. Tuve la fortuna de representar a Chile en muchos festivales internacionales. Y te los voy a nombrar: Buga en Colombia, Curaçao, Holanda, Egipto, Indonesia. Yo gané esos cinco festivales, entre el 86 y el 95. Cuando me desprendía del qué dirán y estaba en un país en el que nadie me conocía, donde era el público y yo, y no tenía esa especie de atención de qué va a decir la gente, la frase que te mete la mamá o el papá en la casa, yo ganaba.

Y ahí encontré una respuesta, que provengo de una generación en la que el qué dirán era muy importante, el cómo te vean, el cuánta plata tení, de qué colegio vení, si eres bonito o feo, gordo o flaco, tanto el hombre como la mujer.

Pero yo me desprendía de eso… yo gané un festival en Holanda que era imposible de ganar, el año 90. Tenía 23, 24 años. Era un festival donde había 70 músicos, habían cantantes de jazz entre medio, era un doble festival, todo el público estaba de smoking y se hacía en el casino Scheveningen de La Haya. Y yo llegué con dos arreglos de Horacio Saavedra, los repartieron a los 70 músicos y yo me bajé y canté Ámame tan relajado… mi voz se elevaba como nunca había cantado. Y gané.

Y ahí me di cuenta de por qué en realidad gano aquí y por qué cuando llego a Chile me cago tanto de susto. Y es porque uno proviene de una generación donde todas las estructuras tenían que decir cuidado, te enseñan a tener miedo, era la época de la dictadura, el miedo era mucho más fuerte…

Entonces que ese niño, ese joven tenía mucho futuro, pero también tenía muchos miedos a cuestas y ahora me doy cuenta del porqué.

– Cierto. Y no ha cambiado mucho…

No, si los cabros ahora están mucho más libres, la generación de hoy día me gusta mucho por eso. Tengo una crítica con respecto a otras cosas, porque son más irrespetuosos, pero tienen mucha más libertad. O sea, si no te casái, si tu condición sexual es una cosa, si no tení hijos…

Yo provengo de una época en que… sal de cuarto medio, saca tu cartón, cásate y ojalá con una pareja heterosexual, ten hijos y ojalá una parejita. Ojo, AFP, Isapre o Fonasa. Y muérete. Y que ojo, nadie diga nada de ti, pasar piola piola. Ni cagando se te ocurra irte a vivir con la polola ni tampoco a irte a vivir solo. Sal de tu casa casada o casado, para que nadie diga nada de ti. Esa es la estructura de nosotros, ¿o no era así? Pero cómo te vas a dedicar a cantar, primero saca tu cartón y después… porque de qué vas a vivir.

Entonces no había libertad para decir lo que quieres, para vivir como quieras, casarte con quién y si no querí tener hijos tampoco… te dejó el tren. Qué va a decir la gente. Las generaciones de hoy día tienen una libertad muy distinta o tienen libertad. Lo que pasa es que hoy día, y creo en la generación de mi hijo, en que se va a encontrar en un punto de equilibrio.

https://www.instagram.com/p/CaTW_62scV0/

Luis Jara y una historia con su madre

– Hablemos ahora del calendario de Luis Jara para 2022.

El Movistar Arena el 8 de mayo, que es un hito en mi carrera, definitivamente. Ver crecer, que se ponga de pie este disco, cantarlo en vivo todas las veces que sea posible, hacer realidad mi sueño de hacer mi primer concierto vendido en la ciudad de Miami, con un público nuevo, que eso me ilusiona.

Quisiera trabajar en un proyecto como comunicador, pero no desde la tribuna de la televisión, sino que explotar mi propio canal de YouTube, me encantaría. Estoy trabajando en un contenido especial para ello, sin ningún apuro.

Y hay un par de proyectos personales de mi calendario que no te los puedo decir, porque se mufan, no sé cómo decirlo. Ninguna planificación a largo plazo, todo depende de los virus, los bichos, de Dios.

– Estás vacunado, supongo.

Tengo tres vacunas.

– Y te vas a poner la cuarta dosis.

Sí, obvio.

– Y le vas a cantar a las mamás.

A las mamás, sí, que es un gran público objetivo que he tenido toda mi vida.

– ¿Cómo has vivido lo de tu mamá en estos años? ¿Cómo la sientes?

Bien. De repente no está mi mamá. Siento que además se fue en un viaje súper largo. Siento que mi papá se quedó un rato más, pero diría que mi mamá se cabreó.

Yo tengo una frase muy divertida de mi mamá. Me dijo cuando yo me muera no quiero que me hueveen y que me empiecen a pedir cosas porque yo me voy a ir a descansar en paz. A mí no me pidan ni una hueá. Déjenme descansar en paz, suficiente me han hueveado ahora que estoy viva.

De repente trato de invocarla y… además siento que hizo su pega y se fue, hizo su mejor esfuerzo. Suelo no molestarla, pero la recuerdo permanentemente, fui, traté de ser el mejor hijo que pude, me reí mucho con ella, peleé muchísimo, peleé demasiado, es una vieja muy fregada, como la mayoría de las madres de esa época. Pero bien, no tengo saldos pendientes con ella, con mis padres, tuve la fortuna de darle lo mejor a los dos.

ADN

Samantha Palma – ADN

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