Salud mental en el Ciudadano ADN: ¿Qué es el síndrome de la abuela esclava?

En el Ciudadano ADN los días lunes siempre están dedicados a la salud mental. Por eso, en esta ocasión conversamos junto al psiquiatra del Centro Clínico del Ánimo y la Ansiedad, Diego Graber, sobre el síndrome de «la abuela esclava«.

Corría el año 2001 cuando surgió este concepto, en el que se hace referencia al abuso de la buena voluntad de los abuelos a la hora de encomendarles el cuidado de sus nietos.

«Este no es un diagnóstico clínico, pero es un concepto que todos entendemos. Tiene que ver con cuánto es el umbral en que una persona puede estar ayudando a un cuidado y cuándo se presta para una situación de abuso», explicó el especialista al inicio de la conversación.

El síndrome de la abuela esclava y su relación con la realidad socioeconómica

En esa misma línea, el psiquiatra planteó que uno de los factores que propician esta situación, es el económico.

«Muchas veces una pareja tiene que tener espacio para poder trabajar. Empieza a aparecer una necesidad de quién cuida a este hijo, quién tiene el tiempo y el espacio… y la falta de recursos empieza a hacer que uno eche mano a la red de apoyo«, expuso.

A lo anterior, Graber agregó que «ahí es donde aparece la figura de los adultos mayores, algo que es muy frecuente en Chile«.

«Se va armando un círculo vicioso en que ellos, por temor a quedar aislados, se van sobre sometiendo a estas situaciones de cuidar a los nietos y dejar de lado el tiempo personal, de esparcimiento, por no molestar a los hijos que sí necesitan esta ayuda», indicó.

«Empieza a verse esta sensación de ‘resulta que ya terminé de trabajar, llegaron los años que yo estaba esperando, pero me siento mucho más cansado física y psicológicamente de lo que yo me hubiese imaginado que iba a estar», añadió.

Los daños colaterales de esto

Asimismo, el psiquiatra del Centro Clínico del Ánimo y la Ansiedad, habló sobre cómo este síndrome afecta a la salud mental de las personas grandes.

«Empiezan a aparecer síntomas somáticos, de salud mental y un deterioro, un ruido. Ahí uno pueda pensar en las causas de por qué esto no se conversa de forma explícita», comentó.

«Ahí es importante hacer una mención. Cuando uno está en este cuadro, existen algunos factores conceptuales que hacen que uno no quiera hablarlo. En primer lugar, factores de tipo económicos o culturales. Pero también existe un factor personal que tiene que ver con cuánto yo quiero realmente incluirme en esta relación con mis familiares y cuánto miedo tengo yo como adulto mayor a poner el límite por miedo a perderlo»,  cerró el especialista.