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Diputada Carmen Hertz por últimos antecedentes del llamado «Milicogate»: «Todos los ministros de Defensa han sido débiles para ejercer el control político y de fiscalización»

En conversación con ADN, la presidenta de la comisión de Defensa de la Cámara Baja apuntó además de una estructura interna que permitió la corrupción.

05 de Septiembre del 2021/SantiagoCarmen Hertz acompaña a Lorena Fries en la presentación de su candidatura a diputada en el Parque Bustamante.
FOTO: DANIEL ARAYA MARTIN/AGENCIAUNO

05 de Septiembre del 2021/Santiago Carmen Hertz acompaña a Lorena Fries en la presentación de su candidatura a diputada en el Parque Bustamante. FOTO: DANIEL ARAYA MARTIN/AGENCIAUNO

Carmen Hertz por corrupción en el Ejército - ADN Hoy - 3 de marzo de 2022

16:34

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La renuncia del excomandante en jefe del Ejército, Ricardo Martínez, durante su última cuenta pública y a solo horas de comparecer ante la ministra Romy Rutherford (quien investiga los casos de corrupción en la institución castrense) avivó el llamado «milicogate» en el debate público. En su momento, la Cámara de Diputadas y Diputados creó comisiones especiales para abordar el tema. Pero según reconocieron los propios parlamentarios participantes, fueron incesantes y desfachatados testimonios, uno tras otro.

A solo días de comenzar el nuevo periodo parlamentario, la presidenta de la comisión de Defensa de la Cámara Baja, Carmen Hertz, conversó con ADN Hoy sobre el curso que ha tomado el caso, a la luz de los últimos antecedentes.

«Todos los ministros de Defensa, desde la transición, han sido débiles para ejercer el control político y de fiscalización que deberían haber ejercido respecto a las Fuerzas Armadas. No es posible que en el Ejército se haya cometido este mega-fraude. Hay situaciones de tal anomalía que es imposible que el ministro no haya sido informado. Si no ha sido informado es porque simplemente no lo toman en cuenta», señaló sobre el fondo de la investigación sobre el Milicogate.

En esa línea, desestimó dolo entre los excomandantes y apuntó a una falla estructural y sistémica: «Creo que este no es un tema que tiene que ver con la personalidad de los comandantes en jefe. No creo que los que hayan sido encargados reos por el antiguo sistema, o formalizados por el nuevo sistema, sean ellos una suerte de personajes deshonestos dados a cometer ilegalidades. Creo que hay un sistema que permite esto y que degrada la institucionalidad chilena y a las Fuerzas Armadas. Aspiramos a una democracia real y no podemos tener esta suerte de autonomía fáctica e institucional por parte de las Fuerzas Armadas en que cada mando hace lo que quiere. Esa cultura organizacional de autonomía es lo que hay que terminar».

Sobre la renuncia en particular de Martínez, Hertz precisó que era «inevitable para no hundir aún más al Ejército, atendido lo que ha ocurrido con todos los comandantes en jefe desde Pinochet en adelante, inculpados en diversos delitos de ilegalidades y fraudes de diversos tipos».

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«Esto no es por magia ni una maldición que cayó sobre el país que todos los comandantes en jefe hayan incurrido en irregularidades serias en el uso de recursos públicos. Tiene que ver con dos cosas: primero, las Fuerzas Armadas, en la Constitución de Pinochet, conservan espacios de autonomía que son absolutamente inaceptables en una democracia decente. Los espacios de autonomía y deliberación que tienen no son solo fácticos, sino también institucionales. Y en estos espacios está la discrecionalidad y el no control de uso de gastos reservados y en general de los recursos de las Fuerzas Armadas», abordó como primer punto.

Luego, apuntó a los mecanismos castrenses: «En el caso del Ejército, los mecanismos de adquisición y compra son múltiples, lo que hace imposible controlarlos por parte de la Contraloría, porque tienen resquicios para evitar el control. A eso se suma la actitud de los ministros de Defensa, desde la transición hasta la fecha, que se han transformado en una suerte de portavoz de las Fuerzas Armadas y no de control político, que es el rol que tienen. Porque las Fuerzas Armadas, por tener el monopolio de las armas, no pueden sino estar en forma total y absoluta subordinada al poder político, cuestión que en Chile no ocurre (…) Por otra parte están los espacios fácticos en el sentido en que la autoridad civil no los controla».

Con todo, la parlamentaria comunista puso foco en el trabajo de la Convención Constitucional y en el próximo gobierno: «Va a cambiar cuando tengamos una institucionalidad distintas. Confío en que la nueva Constitución consagre de forma clara y sin resquicio alguno la subordinación. Eso es lo fundamental. En segundo lugar, confío que la futura ministra de Defensa sí tenga un rol en que ejerza la autoridad que le corresponda y el control político. Hay temas tan sensibles, como la inteligencia militar, respecto al cual los ministros de Defensa no tienen control alguno. Quedó en evidencia cuando la comisión de Defensa revisó el espionaje a periodistas».

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