Coordinadora social de Melipilla apoya a 9 ollas comunes en distintos puntos de la ciudad: «No hay que romantizar la olla común. Esto tiene que parar»
Ciudadano ADN conversó con Armando Rojas, profesor de folklore y coordinador de la Unidad Social Melipilla, que está prestando ayuda a diversas iniciativas solidarias en las poblaciones de la comuna. Según contó, están abiertos a recibir "cualquier ayuda concreta".
Ciudadano ADN - Coordinadora social de Melipilla apoya a 9 ollas comunes en distintos puntos de la ciudad: "No hay que romantizar la olla común. Esto tiene que parar"
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Armando Rojas es profesor de folklore, coordinador de la Unidad Social Melipilla y uno de los 30 voluntarios que apoyan 9 ollas comunes en nueve campamentos de la ciudad. El slogan de la coordinadora es «el pueblo ayuda al pueblo», según aseguró Rojas en conversación con Ciudadano ADN.
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El proyecto surge a partir del estallido social. «En Melipilla tenemos poblaciones muy reprimidas, como la Padre Hurtado, donde la autoridad ha estado ausente», contó Armando. Cada semana, los voluntarios están en una población distinta, ayudando en coordinación con las juntas de vecinos, y recibiendo aportes de vecinos, feriantes, locatarios y panaderías. «Estamos atentos a recibir cualquier ayuda concreta, porque el trabajo que tenemos es concreto», aseguró.
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La pandemia dejó sin trabajo a gran parte de los voluntarios, por lo que muchos de ellos se han dedicado en un 100% a este proyecto solidario. Armando cuenta que es padre de una niña de 6 años «hermosísima, y con una gran conciencia de clase, ayuda a sus vecinos, porque es bien compleja la vida en estas poblaciones».
Hace pocos días, Ciudadano ADN conversó con el alcalde de Melipilla, Iván Campos, quien increpó duramente a sus vecinos por no respetar las medidas sanitarias en su recién iniciada Fase 2. Armando lo respalda. «Hay un abandono completo, desde que se fueron los militares es un chipe libre. Claramente vamos a un rebrote establecido, que apunta al plebiscito», aventuró.
El dirigente también contó que el plato de hoy en su olla común es al estilo caribeño: porotos negros con plátano frito. «Tenemos varios voluntarios que se dedican a la cocina, así que es una comida digna», precisó. La iniciativa está entregando en torno a 1.000 raciones a la semana.
Sin embargo, enfatizó que se trata de una medida de emergencia. «No tenemos que romantizar la olla común, esto tiene que parar». Por eso, llamó a la solidaridad de «la gente que lo está pasando bien y no tiene ninguna necesidad», para colaborar.
