Christian Lorca: una batuta de tres orquestas

Lleva cinco años al mando de la Orquesta Sinfónica Estudiantil Metropolitana (Osem), proyecto formador de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles (Foji), y este año su nombre ha empezado a sonar fuerte en el circuito de agrupaciones orquestales profesionales a lo largo del país.

Christian Lorca (santiaguino, nacido en 1987) ha dirigido recientemente conciertos en las temporadas de la Orquesta Sinfónica U. La Serena, la Filarmónica de Temuco y la Orquesta Sinfónica de Antofagasta, y ahora da un nuevo gran salto al ser elegido director titular de la Orquesta Sinfónica Municipal de Copiapó (Osmc), y además está a cargo de la formación de un nuevo conjunto en el Teatro Regional «Lucho Gatica» de Rancagua.

No es habitual que un director en Chile lidere tres orquestas simultáneamente. «Sí, no es común», admite Lorca, «pero creo que ha sido un proceso que viene de un trabajo constante y de las confianzas que se establecen».

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Precisamente su carrera ha ido paso a paso, desde que partió en la música como contrabajista. «Comencé como muchos en las orquestas juveniles de la Foji», relata, «una vez me pidieron hacer un arreglo y me tocó ensayarlo, ese fue mi primer acercamiento a la dirección, y dirigir para mí significa ayudar a los colegas para conseguir una interpretación».

Ya en lo profesional, fue contrabajista de la Sinfónica U. Concepción y en paralelo comenzó su formación como director, primero con Eduardo Browne, de quien fue asistente, y luego con Rodolfo Fischer en Suiza, para lo cual fue becado por la Foji. «Al volver a Chile tomé la decisión de dirigir, y realicé un magister con el maestro Nicolas Rauss», complementa. Otro aliciente fue haber sido ganador del concurso para jóvenes directores de orquestas en Salta, Argentina, en 2019.

Este mes, el 26 y 27, comienza su titularidad en Copiapó. «Partimos con música de Mendelssohn, Haydn y Joseph Schubert (no confundir con Franz)», revela, «estamos armando una temporada donde la columna vertebral van a ser las sinfonías de Beethoven, salvo la novena». Y agrega: «Cada orquesta debe pasar por todas las sinfonías de Beethoven, es algo formativo y sirve para moldear el sonido de una orquesta».

La música chilena seguirá siendo importante en el conjunto de Atacama: «Habrá mucha música chilena, con una cuota paritaria, donde cada concierto tendrá una obra de un compositor o compositora nacional. También vamos a encargar dos obras para nuestra orquesta, a Sebastián Errázuriz y María Carolina López».

Ampliar

No son los únicos desafíos para Lorca en lo que queda del año. «Con la Osem estrenaremos el único concierto para organillo que existe en el mundo, del compositor René Silva. Ya mostramos un movimiento, pero en octubre lo haremos completo. También haremos una obra tremenda, como la Octava de Dvorák».

Otro hito para él será su debut en septiembre como director invitado en la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, en un concierto «cargado al repertorio ruso», y tendría dos conciertos junto a la mencionada orquesta que está tomando forma en Rancagua.

Admite un gran amor por la ópera: «Es un género que no he podido desarrollar más por lo acotada que es la oferta operática en Chile, pero sí tuve el privilegio de colaborar en el Municipal asistiendo al maestro Maximiano Valdés». En el plano sinfónico, además de Beethoven, declara su afinidad por la música de Igor Stravinsky, Arnold Schoenberg y Aaron Copland.

Sobre el medio local, Lorca piensa que es importante «salir de los teatros, hacer extensión, las orquestas regionales son las que más hacen eso, de ir a pueblos pequeños y poblaciones. Ir directamente a la comunidad. Y ahí tienen que cruzarse repertorio chileno y universal, que de verdad sientan que los músicos frente a ellos representan a esa comunidad».

Por último, insiste que es fundamental la formación de directores en el país: «La dirección de orquesta que en Chile está en desarrollo, se vienen varias promesas, que hay que apoyarlas. Las orquestas chilenas tienen que abrirse a esa capacitación».