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«Era amigo de todo el mundo»: Leo Caprile revive anécdotas de su amigo Erick Pohlhammer

El poeta que falleció el lunes a los 68 años, llegó incluso una vez arriba de un camión de basura a Chilevisión donde trabajaba en "¿Cuánto vale el show?".

«Era amigo de todo el mundo»: Leo Caprile revive anécdotas de su amigo Erick Pohlhammer

En los 90, Chilevisión tenía un exitoso de programa de concursos, que años atrás fue pionero en la búsqueda de nuevos talentos, se llamaba: ¿Cuánto vale el show? Un espacio que en esa década, era conducido por Leo Caprile y que tenía como jurados a Enrique Lafourcade, Marcela Osorio, Ítalo Passalacqua y a Erick Pohlhammer.

Este último, falleció el lunes 22 de mayo a los 68 años. Y Leo Caprile lo recordó en entrevista con La Cuarta. «Era un tipo muy diferente a los demás, era el poeta hecho persona. Era un tipo que ingresaba a un recinto y cambiaba la onda inmediatamente. Se convertía en algo mágico, en algo especial. Tenía la virtud de alegrar todo lo que visitaba«, afirmó sobre el poeta.

«Era un tipo con una capacidad increíble de ver belleza donde otros no la veían. Muy imaginativo. Muy genial. En el ¿Cuánto vale el show? Nunca encontró un participante malo. Siempre vía el lado positivo de las cosas. Veía el lado positivo de un artista«, añadió después.

Historias divertidas de Pohlhammer

Más adelante, Caprile contó algunas anécdotas de Pohlhammer. «Tenía la ventaja de hacerse amigo de toda la gente. Era amigo de todo el mundo. Muchas veces estábamos grabando y decíamos ‘¿Y Erick dónde está?’. Y se había ido con un señor del público que lo invitó a almorzar«, relató.

«A veces lo salíamos a buscar por Providencia. Y estaba en una plaza con 7 u 8 cabros estudiantes conversando. Vivía la vida a su ritmo. Una vez me contó que se vino desde La Reina con los chicos que recogen la basura. Y se vino colgando en el camión con ellos, conversando. Llegó echando la talla. Era espectacular», adicionó.

Posteriormente, Caprile reveló una propuesta que le hizo el poeta. «Antes de sufrir el accidente cerebro vascular me vino a ver aquí a la parcela. Nos abrazamos. Tomamos unos vinos, unos cafecitos. Me empezó a contar de un proyecto que tenía para un programa de televisión. Lo quería presentar al Consejo Nacional de Televisión para tener los recursos y hacerlo», aseguró.

«Y después que me lo había contado entero, me dijo que yo era el conductor, poh. Era una locura. El programa quería hacer que Platón aparecía personificado y conversaba con la gente. Contar la historia de otra manera. Tenía una imaginación desbordante. Alucinante. Tremendo«, complementó.

Era ingenioso y bromista hasta en WhatsApp

Tras ello, el otrora conductor televisivo expuso como las nuevas tecnologías facilitaron que permaneciera en contacto con el disruptivo poeta. «Siempre nos estábamos escribiendo cosas por WhatsApp. Me mandaba algunos textos escritos en tono docto, pero al final uno sabía que eran bromas«, sostuvo.

Luego, agregó: «Alguna vez él me pidió que le mostrara mis poesías. Que por lo general nunca las muestro, son algo muy personal. Estábamos en mi casa, leyó una, se paró y me pagó como en el Cuánto Vale el Show: 20 mil pesos. Y me los dejó. Se fue en la volá. No permitió que se los devolviera. ‘Te los ganaste, hueón’, me dijo. Le gustó (ríe)».

Era difícil escucharle un garabato

Más tarde, Caprile mencionó una cualidad del poeta que le gustaba. «Siempre estábamos hablando con mucho cariño, con mucho respeto. Riéndonos de todo. Pero jamás le escuché un garabato. Jamás le escuché una mala palabra. Y en eso coincidíamos. En que el idioma español, castellano original, es un idioma rico en sinónimos», indicó.

«Y hablamos apenas con 3 mil o 4 mil palabras, con suerte 15 mil.  Y hay millones de palabras y combinaciones para decir lo mismo de otra manera. Esa era la gracia que tenía Erick. De ir a contramano con todo. Si Enrique Lafourcade regalaba palomitas blancas, él regalaba revistas Estadio. Condorito«, añadió.

Finalmente, Leo Caprile definió a Erick Pohlhammer como «un tipo que no le tenía miedo al ridículo. Amigo del pueblo, en el buen sentido de la palabra. Amigo de las masas, de la mayoría, ¿Quién no quería a Erick Pohlhammer? ¿A quién le era indiferente Pohlhammer? Siempre visible a través de su locura, de su imaginación«.

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