“No regalar el poder a quien no te respeta, la clave es respetar tus propias palabras y continuar hablando”

En medio de una conversación, ser interrumpido genera una pequeña fractura tanto en la comunicación como en la autoestima. Después de una interrupción, es común dudar de uno mismo, lo que lleva a perder el foco en el mensaje original.

La coach de crecimiento personal Mel Robbins ha abordado este gesto cotidiano, calificándolo de “falta de respeto”. Según Robbins, si alguien te interrumpe constantemente, no es por la atención, sino porque no le interesa lo que estás diciendo. Por ello, puede ser una señal clara de que es momento de poner límites y reafirmar el derecho a decir lo que se piensa.

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Estrategias para Gestionar las Interrupciones

Partiendo de una investigación publicada en Harvard Business Review, Robbins compartió en su podcast varias estrategias para gestionar estas situaciones sin perder el control.

Las tácticas recomendadas son:

• Continuar Hablando: La primera estrategia es simple pero poderosa: continuar hablando. No se debe ceder el turno fácilmente, sino seguir con el discurso para dejar claro que lo que se tiene que decir merece ser escuchado.
• Hablar más Despacio: Sugiere hablar un poco más despacio, una táctica sutil y efectiva para captar la atención del otro sin necesidad de alzar la voz ni enfrentarse directamente.
• Gesto Firme: Si la interrupción persiste, recomienda un gesto firme: dirigirse a la persona por su nombre y expresar con claridad que se desea terminar la idea antes de escuchar su opinión.

Finalmente, Robbins insiste en la importancia de lo que viene después: no regalar el poder a quien no te respeta. La clave es “respetar tus propias palabras y continuar hablando” hasta haber terminado, y solo entonces, escuchar al otro. El respeto, al igual que la conversación, es cosa de dos.