• 20 DIC 2025

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¿Qué es el Comando Vermelho? Claves para entender a la facción criminal más violenta de Río de Janeiro

Nacido en la prisión de Ilha Grande en 1979, el CV pasó de asaltos a bancos al tráfico internacional de drogas y armas, imponiendo su ley en favelas con violencia frontal.

El Comando Vermelho (CV) nació en 1979 dentro de la prisión de Ilha Grande, en plena dictadura brasileña, cuando el régimen mezcló presos comunes con presos políticos. De esa convivencia surgió una alianza para “hacer caja común”, financiar fugas y organizarse frente a los abusos carcelarios. Su apellido “rojo” alude a ese vínculo inicial con militantes de izquierda, pero también calzó con la fama sanguinaria que pronto adquiriría en las calles de Río.

Tras una etapa marcada por asaltos a bancos en los años 80, el CV migró al negocio más rentable y menos expuesto: el tráfico de drogas. Comenzó con menudeo de marihuana en los morros cariocas y, con el tiempo, escaló al comercio internacional de cocaína, marihuana y armas.

A diferencia del Primer Comando de la Capital (PCC) —su gran rival nacido en São Paulo—, el CV opera con una estructura más flexible y menos jerárquica. Esa “elasticidad” facilita su expansión territorial, pero también lo empuja a ejercer una violencia más frontal para sostener el control en favelas donde no es hegemónico.

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El CV impone normas propias en comunidades populares: prohíbe colaborar con la policía, castiga desobediencias y regula conflictos cotidianos (desde peleas en bailes funk hasta disputas vecinales). Su dominio se expresa en “tribunales” de facto, cobro de “impuestos” y uso de castigos ejemplificadores.

La facción es conocida por responder a las incursiones policiales con fuego cruzado prolongado, fusilería pesada y, más recientemente, explosivos lanzados desde drones. Esa disposición al choque directo la hace percibirse —y actuar— como la facción más violenta del país.

MAURO PIMENTEL

Medio siglo después de su fundación, el CV consolidó alianzas en la Amazonia y el nordeste, asegurando la ruta del río Solimões (tramo brasileño del Amazonas). Por allí ingresan cargamentos desde Colombia, Perú y Bolivia, que luego se distribuyen en Brasil o se embarcan hacia Europa y África.

Estimaciones independientes calculan decenas de miles de integrantes —muchos jóvenes pobres y racializados reclutados en favelas— atraídos por ingresos rápidos y una identidad de pertenencia que el Estado no ofrece.

MAURO PIMENTEL

Aunque el CV fue pionero, el PCC lo superó hace años en alcance y disciplina organizativa. Entre ambos han existido treguas fugaces y guerras abiertas. En São Paulo, el PCC ejerce una hegemonía que reduce la necesidad de violencia ostentosa; en Río, el CV disputa territorios con bandas rivales y milicias, lo que mantiene la espiral armada.

El reciente asalto policial a complejos de favelas en Penha y Alemão —con un saldo letal sin precedentes— buscó golpear el “cuartel general” del CV y capturar a jefes como Edgar Alves Andrade, sindicado en múltiples homicidios. La ofensiva responde también a que Río se convirtió en refugio de capos de otros estados que hoy gestionan negocios ilícitos a distancia. Esta acción ha sifo claificado como desmedida e incluso criminal, dejando un alto saldo de víctimas civiles.

Wagner Meier

El CV sintetiza una ecuación de desigualdad, Estado ausente y mercado transnacional de drogas. Comprender su origen carcelario, su organización laxa, su control social y sus rutas logísticas es clave para dimensionar por qué su poder perdura y por qué la respuesta exclusivamente policial rara vez resuelve el problema de fondo.

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