“Todavía estoy en las nubes”: habla la fanática de Maná a la que Fher Olvera subió al escenario y le dedicó una canción
En conversación con ADN Heidi Keller se refirió al emotivo momento que rompió el protocolo durante la presentación del conjunto mexicano.
Heidi Keller, la fanática que subió al escenario con Maná
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El reencuentro de Maná con Chile durante la tercera noche del Festival de Viña 2024 tuvo varios puntos altos, pero quizás el más llamativo fue cuando una fanática subió al escenario.
En cierto punto del show el líder Fher Olvera se acercó al público, extendió la mano e invitó a la afortunada para luego caminar hasta el centro de la Quinta Vergara.
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Horas después de aquella emotiva rotura de protocolo, en medio del acotado tiempo que tenía el grupo mexicano, Heidi Keller se refirió al momento en un contacto con Ciudadano ADN.
“Me hablan mis compañeros del colegio, de la universidad, mi familia”, plateó en un inicio la mujer al dar cuenta de las últimas horas de reconocimiento inesperado. “Todavía estoy en las nubes”.
Motivada por el hecho de que el anfiteatro es más pequeño que otros recintos, la misma compró la entrada para palco junto a su pareja. Claro que el certamen no es el fin de su seguimiento. “Hoy día me voy al Movistar Arena a verlos”, contó.
Heidi Keller, la fanática que compartió con Maná en Viña 2024: “Solamente pensé en mi padre”
Tal y como lo dijo sobre el escenario, el repertorio del conjunto del Olvera guarda un toque emotivo para Keller y en especial la canción “El reloj cucu”.
“No la traíamos puesta pero vamos a tocar un pedacito”, le dijo el líder anoche, tras la petición de la fanática de 41 años. “A ver si no nos corren los del Festival”, bromeó segundos más tarde.
“Solamente pensé en mi padre. Miraba el cielo, después mirada a Fher. Yo decía: ‘no puedo creer lo que me está pasando, es un regalo de Dios’. Estaba totalmente emocionada. Es algo que es difícil describirlo”.
Cautivada por los artistas de Guadalajara desde el colegio, hubo un hecho determinante para que nunca se separara de sus sonidos. “Mi primer pololo, que se llamaba Pedro, me regaló un casete Maná -’Cuando los ángeles lloran’ de 1995- y de ahí nunca más me separé de ellos hasta el día de hoy”.
