Cierre del Festival Musicahora 2019: elegías, mitos y rock and roll
El encuentro que se realiza en La Serena terminó exitosamente con la cantata-rock "La Pacificación de Chile".
Cambios de fechas para un evento suelen ser complicados, pero acá fue un total acierto. A contar de este año, el Festival Musicahora de La Serena tiene lugar a comienzos de septiembre, mes que suele ser menos abultado en actividad musical, dejando así el tradicional noviembre, que por el contrario siempre posee una cartelera excesivamente ocupada.
La versión 16 del encuentro de música contemporánea contó en su cierre con la Orquesta Sinfónica U. La Serena, como ya es habitual, en dos funciones realizadas en el corazón de Coquimbo (Centro Cultural Palace), y en el Auditorio Ignacio Domeyko del campus homónimo de la ULS.
Este programa final, dirigido acuciosamente por el estadounidense David Handel, titular de la Orlando Symphony Orchestra en EE.UU., presentó tres obras altamente contrastantes, dando cuentas de tres enfoques distintos que asoman en la amplia diversidad de la música actual. Y ese es también un objetivo de los festivales especializados, el de mostrar el abanico de tendencias que ofrece el presente.
Primero, el lenguaje netamente modernista de Andrián Pertout, chileno residente en Australia, y un compatriota cuyo trabajo ha tenido amplia difusión en el extranjero. Se trató de un estreno titulado "Hacia los Vientos Norteños", cuyas envolventes ondas sonoras se dejaron caer sobre el público, a través de infinitos colores orquestales e iridiscentes cuerdas, cuyo fulgor son el sustento de juegos de contrastes.
El material se funde en una espiral sonora, que de manera poética conecta con su eólico título. Mención especial merece el hecho de que la pieza está dedicada a Jorge Peña Hen, figura señera del cultivo musical serenense.
En el puesto central, guiños a la gran tradición de la música de tradición escrita (mal llamada "clásica") a través de Luis Saglie, compositor formado en Viena y docente de la Universidad Mayor. Sus "Misterios Chilotes" para oboe y cuerdas, dan cuenta de un viaje imaginario. De él mismo, encontrándose con los mitos de la Isla Grande de Chiloé, formando así una especie de bitácora musical onírica, donde los efectos musicales sirven precisamente para esa atmósfera.
La obra ya la había tocado el Solístico de Santiago, pero fue interesante la cohesión obtenida aquí por Handel, y también por el oboísta José Luis Urquieta, quien ya la había estrenado, y una vez más logra la más empática de las interpretaciones.
Finalmente, una obra que cruza tradiciones, la oral y la escrita. "La Pacificación de Chile" de Esteban Correa, utiliza conjunto vocal, trío rock y orquesta, en un total unificado, tributario de la "cantata popular" chilena, y que aquí se consolida como una creación de alto vuelo, y de positiva proyección, debido a la media docena de montajes que ha obtenido desde que se compuso en 2013.
De partida, se hace inevitable comparar con experiencias exitosas de combinar a músicos rock con orquesta sinfónica, como sucede con ciertos trabajos de los grupos Renaissance, Procol Harum, o incluso Deep Purple.
Lo más importante es el conseguir la unidad compositiva, la unificación bajo un concepto, y saber manejar tanto integración de ambos mundos, como el balance cuando hay colisión entre ellos. En todos estos aspectos Correa sale victorioso.
Además, es una obra que apela a lo local, revestida de chilenidad, con sus alusiones a fragmentos melódicos del Himno Nacional (Carnicer), a la literatura de Patricio Manns y Armando Uribe, y al paradigma que simboliza Violeta Parra, a quien se cita con "Según el Favor del Viento", que se entremezcla con otra cita, a la "Eroica" de Beethoven. Junto al Coro de Estudiantes ULS y un trío rock de músicos locales, una vez más la obra fue cálidamente recibida, dejando el cierre del Musicahora muy, pero muy arriba.
