Triunfante «Pasión según San Juan» en la Universidad Católica
La obra de Bach fue ofrecida como concierto de Semana Santa en una versión dirigida por el estadounidense Eric Milnes.

Definitivamente, cuando se hace alguna de las dos Pasiones de Johann Sebastian Bach, hay que estar. Montarlas supone todo un trabajo tan profundo como la música en sí misma, que se convierte en un acontecimiento imperdible para cualquier amante de la tradición musical. Poseen una carga espiritual más allá de lo religioso. Si no se es creyente, es una espiritualidad que emana de las notas mismas, de las honduras por las que nos transitan sus contrapuntos, sus líneas instrumentales y vocales, y su expresividad reflexiva, como en el caso de la San Mateo, o dramática, como es la San Juan.
El Instituto de Música de la Universidad Católica (IMUC) apostó certeramente al ofrecer ‘La Pasión Según San Juan’ en esta Semana Santa, con dos abarrotadas funciones en el Salón Fresno y el Campus Oriente UC. Esto, dentro de su tradicional encuentro de música sacra que abre la temporada de conciertos de esta casa de estudios.

Un conjunto de músicos de primera línea, todos docentes del IMUC, más el Coro de Cámara UC que dirige Mauricio Cortés, y el Coro de Estudiantes UC, dieron vida a esta obra magna. Y fue el especialista estadounidense Eric Milnes el encargado de armarla. Este músico ya había hecho la San Mateo con la OSNCH hace siete años, en una versión con certezas y dudas. Acá fue distinto, pues se trató de una interpretación rica en el trabajo instrumental, excelente en el tratamiento de las voces, y con la dosis justa de dramatismo.
La interpretación en el Templo Mayor del Campus Oriente se destacó por la particular acústica del espacio, tan adecuada para obras de contenido religioso, y en particular para música coral. Y todo comenzó con una agradable sorpresa. El eximio violinista David Núñez, oficiando de concertino, interpretó la Sarabanda de la Partita No.2 de Bach, que empalmó directamente con el inicio de la Pasión.
A partir de allí, arias, corales y recitativos se desenvolvieron en todo su esplendor sobre un marco que Milnes configuró con sapiencia. Diáfano trabajo coral, con buena dicción del alemán, y belleza instrumental, donde podemos destacar además de Núñez, a las deliciosas flautas de Guillermo Lavado y Karina Fischer, y el dulce oboe de Jeremy Kesselman.

El equipo de solistas también estuvo a la altura. El tenor Rodrigo del Pozo es prácticamente el dueño del rol del Evangelista en Chile. Aquí puso toda su experiencia en la parte narradora, sumando peso y credibilidad. El barítono Norbert Steidl tuvo a su cargo a Jesús y las arias bajas, haciendo gala de un exquisito manejo vocal. Las arias de contralto fueron abordadas por Elena Pérez, quien mostró una bella sensibilidad lírica, pero al menos en esta segunda función se le escuchó lejana, y a veces tapada por la orquesta. La soprano Denise Torre está muy bien posicionada como solista en las salas de concierto, y esta participación lo vuelve a confirmar. El bajo Eduardo Jahnke hizo de Pilatos, haciendo particularmente emocionante la comparecencia de Jesús ante el prefecto romano.
La música sacra sigue en la UC hasta el 30 de abril, con conciertos abiertos los martes en el Templo Mayor.
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