Director de La Cacería confesó que no se contactaron con familiares de las víctimas de Alto Hospicio
"La decisión fue mirar desde los ojos del policía que viene de Santiago a Iquique a investigar", explicó.
El director de la serie La Cacería, Juan Ignacio Sabatini, confesó que no se contactaron con familiares de las 14 víctimas fatales del psicópata de Alto Hospicio.
En conversación con El Desconcierto, el realizador reconoció que su intención era mostrar "el clasismo de la sociedad de la época, la negligencia de las autoridades, la misoginia".
"Básicamente este Chile de finales de los 90 que despreció a un grupo de la sociedad por la condición socioeconómica que tenían. Desde las autoridades a cargo de nuestra seguridad hasta nuestros pares, el resto de la sociedad, porque esta gente fue mirada en menos por vivir donde vivían", subrayó.
Para Sabatini, "los familiares de las víctimas están en su genuino derecho de expresar su dolor y expresar las injusticias del tiempo que duró la no investigación. Están en todo el derecho del mundo de expresar su dolor y nosotros solo tenemos que respetar ese espacio".
Sin embargo, precisó que "lo que a nosotros nos toca hacer es generar una reflexión a partir de este hecho, que tiene que ver con el trato que recibieron en la época, la estigmatización de la pobreza, la invisibilización de estos eres humanos por una condición socioeconómica determinada".
Consultado de si se pusieron en contacto con familiares de las víctimas, el director contestó tajante: "No, porque al momento de diseñar el proyecto, la decisión fue mirar desde los ojos del policía que viene de Santiago a Iquique a investigar".
"Eso significa poner el punto de vista desde el extranjero, en los ojos del foráneo, ir abriendo puertas y encontrarse con estas cosas que estamos viendo. Tomamos la decisión de agarrar hitos claves de la investigación y trabajar personajes ficcionados", puntualizó.
Sabatini explica que "hay que pensar que esas cosas son delicadas para mucha gente y no había una necesidad narrativa en contar la historia y meterse ahí en la historia de las chicas reales porque era verdad, me parece un voyeurismo innecesario para una producción que persigue generar reflexiones desde otro punto de vista".
"El valor de hacer estas series es el de revisar nuestra historia y reflexionar sobre la misma. Nos obliga a mirarnos en el espejo y pensar qué necesitamos cambiar", concluyó.