• 22 DIC 2025

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Ámsterdam toma medidas para que turistas no incomoden a las prostitutas del Barrio Rojo

Los grupos de visitantes, por ejemplo, deberán escuchar a los guías de espaldas a las vitrinas donde las mujeres ofrecen sus servicios.

Los grupos de turistas que visiten el Barrio Rojo de Ámsterdam, una de las mayores atracciones de la capital holandesa, deberán escuchar las instrucciones de los guías de espaldas a las ventanas donde están las prostitutas, no podrán tomarles fotos ni gritarles o hablar a volumen alto en su dirección. 

Las disposiciones anunciadas por las autoridades de la ciudad buscan respetar y no incomodar a las mujeres con miradas prolongadas. 

Las normas pretenden reducir la congestión de la zona y evitar que los paseantes intimiden a las trabajadoras.

Por De Wallen, nombre oficial del barrio, pasan cerca de 31.000 visitantes a la semana de la mano de guías, y la ciudad quiere que vecinos y turistas puedan convivir. En realidad, las disposiciones, que entrarán en vigor en abril, son un refuerzo del pacto voluntario sellado por los propios guías en 2017. Ahí ya se mencionaba el respeto debido al recorrer un entorno cuya principal distracción son las mujeres que ofrecen sus servicios en las habitaciones ubicadas tras las ventanas.

"Ya entonces se hablaba de darles la espalda cuando el grupo se pare frente a ellas para escuchar al guía. Se puede mirar, claro, todo el mundo es libre de hacerlo. No es una ley, sino una regulación. Pero intentamos que la gente sea respetuosa y no lo haga fijamente, ni demasiado rato", dijo Vera Al, vocero municipal.

Cuando vieron que sólo el 40% de los guías, ya fueran particulares o corporativos, firmaba su propio acuerdo interno, las autoridades pasaron a la acción.

A partir de abril, todos los guías -que no podrán llevar a más de 20 personas- necesitarán una licencia para pasear por este barrio de más de 3.000 vecinos en el que se encuentran 293 ventanas de prostitución. La licencia cuesta 100 euros y dura año y medio. "Si son guías ilegales, deberán pagar una multa de 190 euros. Si lo hacen de forma fraudulenta en nombre de una empresa, serán 950 euros. A las tres sanciones, se pierde el permiso. Si queremos que De Wallen siga siendo un barrio habitable, los grupos turísticos no pueden ser grandes", afirmó  Udo Kock, teniente de alcalde de Economía. 

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