La historia de cómo un cardenal experto en heavy metal impidió el ingreso de Iron Maiden a Chile

El próximo 11 de marzo de 2016, Iron Maiden visitará por octava vez Chile, uno de los países donde la banda inglesa cuenta con una de las fanaticadas más amplias y fieles.

Sin embargo, la relación entre la Dama de Hierro y nuestro país no comenzó en buenos términos. En 1992, cuando miles de seguidores esperaban su debut en la Estación Mapocho, una campaña orquestada por el cardenal Jorge Medina (pinochetista y capaz de imitar el ladrido de un perro) impidió que Bruce Dickinson y compañía aterrizaran en Chile. La razón: eran satánicos.

, Belisario Velasco, subsecretario del interior de la época, explicó cómo sucedieron los hechos que dieron vida a una de sucesos más absurdos de los primeros años de la transición tras la dictadura de Augusto Pinochet.

Velasco recuerda que el religioso lo llamó “diciéndome que venía a Chile el grupo heavy metal Iron Maiden y que

, católico, cristiano. Pedía que no los dejáramos entrar a Chile. Me envió una comunicación y me llamó por teléfono después”.

Medina contratacó cuando le dijeron que el Gobierno no podía impedir el ingreso de nadie por motivos religiosos. “Insistió, por supuesto.

. Que no deberían exhibirse en Chile. Entonces me preguntó si acaso yo no era cristiano”, dijo.

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“Me empezó a recitar las letras en inglés y luego me las traducía. Una cosa muy rara. Me preguntó si es que no conocía a Iron Maiden. Yo le dije que no me sabía las letras de las canciones, que si alguna vez los escuché en la radio no alcanzaba a traducir lo que decían (…) Ahí le dije a Medina que no teníamos mucho más que conversar, porque yo no era tan experto en heavy metal como él”, agregó.

 Velasco relata que conversó el asunto con el entonces presidente Patricio Aylwin. “Era un contexto político difícil y este tema era más bien anecdótico”, dijo.

“Obtuvimos antecedentes, por saber, no porque fuera a influir en nuestra opinión. El Presidente los conocía, pero tampoco se sabía las letras. En síntesis, el Presidente me dijo que me encontraba la razón y que me apoyaba. Yo pensé que la cosa había quedado hasta ahí”, agregó.
 

 Tras esto, Medina llamó otra vez exigiendo que se impidiera el ingreso de la banda al país. “Ahí me empezó a recitar las letras de las canciones en inglés, de nuevo. Le dije otra vez ‘no puedo discutir con usted que es un experto en heavy metal, señor Medina (…) Me dijo que eran malévolos, perversos, que iban a destruir a la juventud chilena. Y que él consideraba que el gobierno no podía prestarse para esto”.
 
Pese a la negativa del Gobierno, finalmente, la cruzada de Medina fue exitosa. “Fue lamentable porque pasó que el cura tomó contacto con las personas que arrendaban el local, con el municipio, e influyó también con los dueños del local, por lo que supe después. Yo no podía meterme a decirle a los dueños del local que se lo arrienden a los Iron Maiden. No estaba dentro de mis facultades eso”, recordó Velasco.