Los monos ladrones del Templo de Uluwatu: Roban pertenencias y cobran con comida para devolverlas
Los primates son tan inteligentes que crearon una economía simbólica que fue objeto de estudio por casi 300 días.
BALI, INDONESIA - AUGUST 13: Two long tailed Balinese Macaque at Padangtegal Great Temple of Death in Bali, Indonesia on August 13, 2019. Pura Dalem Agung Padangtegal, or Padangtegal Great Temple of Death located in the Sacred Monkey Forest Sanctuary or Ubud Monkey Forest. (Photo by Athanasios Gioumpasis/Getty Images) / Athanasios Gioumpasis
El Templo de Uluwatu ubicado en Bali, Indonesia, es conocido como el «Templo de los Monos» gracias a un grupo de animales que adquirió la costumbre de robar las pertenencias de los turistas y así obligarlos a realizar un intercambio por comida.
Zapatos, cámaras de fotos, lentes de sol, sombreros y hasta celulares son algunas de las pertenencias que acostumbran a robar. Para ello, se acercan a los visitantes de manera amistosa hasta que se distraen y proceden a ultrajar.
[dps_related_post ids=»4000763,4015320″]
Según consignó la DW, los científicos creen que los monos de raza «macaco», aprendieron el valor de ciertos objetos y con ello a regatear sin concesión alguna. Si lo que se les ofreció no les gustó, simplemente van a botarlo al suelo sin piedad, por ende solo aceptan alimentos como huevos, maní o plátanos.
Para ello tuvieron que pasar más de 273 días filmando a los animales y sus interacciones con visitantes del templo y así llegaron a la conclusión de que solo reciben comida que para ellos tiene un valor similar al objeto que robaron, por lo que concluyeron que se trata de un ejemplo de «economía simbólica».
Los miembros más activos resultaron ser los machos cercanos a los 6 años y se trata de un comportamiento adquirido de generación en generación, así como también es la primera vez que un grupo de científicos estudia un fenómeno de tales características en un grupo animal.
Esta misma raza sufrió los efectos del coronavirus, puesto que al inicio de la pandemia y debido a la ausencia de turistas tuvieron que robar las tiendas en Indonesia para poder alimentarse.