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Carlos Caszely se quebró al recordar a sus padres y el cáncer que sufrió su esposa

El exfutbolista confesó que quiere estar en el Festival de Viña como comediante. También relató lo vivido por su madre en la dictadura y sus propios encuentros con Augusto Pinochet.

Carlos Caszely

Carlos Caszely

El exfutbolista Carlos Caszely se quebró al recordar a sus padres, lo sucedido con su madre durante la dictadura en Chile, y la enfermedad de su esposa.

En conversación con Martín Cárcamo en el último capítulo de De tú a tú de Canal 13, el exdelantero que vive en Concón, región de Valparaíso, contó que su esposa, María de los Ángeles, enfrentó un cáncer a la médula, y tuvo un trasplante. Cuando él relata lo sucedido y afirma que ella tiene una fuerza increíble, se le caen las lágrimas. Afortunadamente, ahora está recuperada y lleva dos años sin medicamentos.

De igual forma, el histórico deportista indicó que su madre falleció en 1998, a los 74 años, y su papá, a quien tuvo que dejar luego en una casa de reposo, lo cual le pesa, murió en 2002, a los 91 años.

«Es terrible. Igual yo iba todos los días a las 9 de la mañana, y a las 7 de la tarde. Lo veía y lo alimentaba por sonda. Yo llegaba y me miraba. No sé si le dolía o no, la verdad es que no sé. Pero yo le agarraba la mano», expresó.

Cuando le avisaron que su papá había muerto, sostiene: «Me fui tranquilo, lentamente, me acosté al lado de él, lo abracé y me quedé ahí un rato. Le sentí todavía el calorcito. Igual fue bonito«. Sus dos progenitores fueron cremados y sus cenizas fueron esparcidas en Algarrobo.

Cárcamo hizo que Caszely escuchara Con una pala y un sombrero de Gervasio, canción que lo conecta con su padre, ocasionando que el exfutbolista cantara entre lágrimas. «Dónde estés querido viejo, dónde estés Gervasio, gracias», dijo.

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Dictadura militar

Por otra parte, Caszely, quien tenía 20 años cuando ocurrió el golpe de Estado en Chile en el año 1973, y él ya tenía una posición política. «Siempre me he definido como un deportista con conciencia social. A eso pónganle el apellido que quieran. Tengo amigos de izquierda, amigos de centro y amigos de derecha. Pero amigos. Porque antes» eres persona, indicó.

De igual forma, el exfutbolista relató sobre el día en que su madre desapareció. Él cree que ocurrió porque era partidario de Salvador Allende, pese a que no militaba en ningún partido político.

«Estaba viviendo en España. Mis padres vivían en El Llano, y se pone un fotógrafo de estos de cajón. Pero nunca sacó una foto. Mi papá fue a hablar con este señor, le guardaba la cámara en la casa, cuando llovía lo invitaban a comer, a tomar un café. Y después que se llevaron a mi madre detenida, este gallo no apareció más. Entonces, nosotros pensamos que era un sapo«, declaró.

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El ídolo de Colo-Colo cuenta que «un día, cuando mi padre vuelve a la casa, estaba la reja y la puerta abierta y el delantal de mi madre en el antejardín. Llama a mi hermana, va a la panadería, la empezaron a buscar… las 11, las 12, las 1. Llamamos al jefe de médicos del Jota, que era amigo de nosotros, y empezaron a averiguar por todos los hospitales, no estaba. Morgue, fueron a la morgue a preguntar. Todo fue un caos, no solo de la familia, sino del barrio, porque todos sabían que no estaba. Buscándola por todos lados«.

«Dicen que tipo 7 de la tarde, llaman por teléfono: ‘Don René, hay una señora acá que se llama Olga Garrido, está botada en un peladero en Vicuña Mackenna’. Partieron rajados para allá y en un peladero estaba mi madre, con la mandíbula rota, ensangrentada«, narró, quebrándose. «La llevan al hospital, y constatan lesiones. Es fuerte. No sé expresarte, Martin, la verdad», expresó.

«Nosotros volvemos en junio de España, felices. Mi mamá rara, mi papá raro, mi hermana rara, mi cuñado raro». Esto, porque no querían contarle lo que sucedió cuando lo vieron, querían esperar a llegar a la casa. Su mamá lo llama a la pieza para poder contarle. Le dice que la llevaron detenida, pero él no le cree en un principio.

En una camioneta blanca, la agarraron, le pusieron una capucha y se la llevaron. No sabe dónde la llevaron, le pegaron y le preguntaban por su hijo y por los dólares que supuestamente él mandaba para la resistencia. Un hombre que dijo ser amigo de Carlos, la ayudó. Para Caszely es difícil recordar ese momento, más cuando su madre le muestra las quemaduras de cigarro en su pecho.

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«Entonces tú dices, ‘¿por qué los seres humanos son tan malos?’ ¡Una vieja que no le hacía daño a nadie! Tenía sus pensamientos políticos como yo, como tú, como cualquiera. No tenemos armas en la casa, no conocemos terroristas. Ahora quiero conocer uno para que me diga por qué. No lo entiendo. No logro entender el daño que se hace al ser humano. No me cabe en la cabeza», espetó. Dice que le duele la cabeza cada vez que recuerda esa parte de su historia, pero que un psicólogo le dijo que para desahogarse tenía que contar sus cosas.

Cuando su madre estaba a punto de morir, los llamó, les tomó las manos y les dijo: «Hijos, no tengan odio, ni rencor, porque tienen hijos y no quiero que a mis nietos les traspasen odio». Eso fue lo último que les dijo. «¡Una vieja linda! ¡Linda por donde se le mire! O sea, ya postrada en su cama, después de tantos años y de no saber por qué, no entender por qué, nos agarra las manos, nos dice eso y al par de horas se fue», concluyó.

Sus encuentros con Pinochet

El exdeportista se refirió también a la primera vez que se encontró con Augusto Pinochet. Fue uno o dos meses de lo sucedido con su madre. Él se iba a Alemania con la Selección de Fútbol, y no le dio la mano, y todos lo supieron luego que un periodista que lo escribiera.

Después de ese episodio, Caszely cuenta que se volvieron a encontrar para la Copa América y ahí pasó lo de corbata. Él le preguntó a su señora cómo ir vestido, y ella le recomendó una roja, por el traje que iba a usar. Pinochet lo llama y le dice que le va a cortar la corbata roja. Caszely le responde que está bien, que en su casa tiene más corbatas rojas, a lo que Pinochet le pregunta si sabe que él puede mandar a cortar todas las corbatas rojas de su casa. «Las puertas de mi casa están abiertas para todos, pueden ir y cortarme todas las corbatas rojas, pero mi corazón sigue siendo rojo«, aseveró el exdelantero.

Festival de Viña del Mar

Actualmente el multifacético Carlos, quien también debutó como cantante, confesó que quiere estar en el Festival de Viña o en el Festival de Olmué como comediante.

«No le tengo miedo al ridículo. ¿Qué pueden hacer? Que me pifien 25 mil personas. Me han pifiado 80 mil, me han pifiado 15 millones. Hasta yo me he puteado cuando me he perdido una pelota. La gente me quiere, me va a respetar», finalizó.

Puedes revisar sus declaraciones completas haciendo clic aquí.

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