Estudio internacional demuestra que es posible detener el envejecimiento del cerebro

El estudio del Instituto de Neurociencia Biomédica de la Universidad de Chile logró demostrar en modelos experimentales que el déficit cognitivo asociado al envejecimiento es un proceso que puede ser intervenido e incluso revertido.

Los resultados que arrojó esta investigación fueron alcanzados gracias al uso de ingeniería genética.

El trabajo fue encabezado por el investigador postdoctoral Felipe Cabral. También participó un equipo de científicos de BNI, entre ellos los doctores René Vidal y Gabriela Martínez.

La importancia de esta investigación radica en que representa los primeros resultados en mamíferos que demuestran la relación de equilibrio de las proteínas y su impacto a nivel molecular durante el envejecimiento.

Modificar el reloj biológico

Específicamente, lo que se hizo fue analizar todas las proteínas del hipocampo y su modificación durante el envejecimiento. Con el objetivo de determinar si al ser manipuladas y mejorar el equilibro de estas se provocaban cambios a nivel molecular.

De esta manera, solo al activar el factor maestro del equilibrio de las proteínas se logró revertir en un 70% los cambios moleculares al envejecimiento. Y gran parte del impacto se dio al evitar el decaimiento sináptico.

“Este hallazgo fue muy sorprendente dado que modificamos globalmente la expresión génica, imitando el patrón molecular observado en células jóvenes”, explicó Cabral.

Y concretamente, por medio de la terapia génica y utilizando un virus, introdujeron genes al cerebro capaz de retrasar el proceso de envejecimiento a nivel conductual y en la forma en que las neuronas se comunican.

El futuro para un envejecimiento saludable

En ese sentido, Felipe Cabral destacó que en esta investigación “es que pudimos encontrar un blanco con el potencial de desarrollar un fármaco para modificar el proceso de envejecimiento”.

Este estudio sobre el envejecimiento apunta a la futura generación de estrategias terapéuticas para mantener un envejecimiento saludable y no patológico. Lo que contribuirá a reducir la carga de enfermedades crónicas no transmisibles, asociadas al paso de los años, en la población, como el Alzheimer y el Parkinson.

Lo que queda ahora es esperar, ya que la tecnología chilena desarrollada está cedida a una biotecnológica belga que proyecta realizar estudios clínicos y preclínicos avanzados en los próximos años.