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Ministro de Agricultura califica como «patos malos» a autores de incendios forestales en el país

Esteban Valenzuela apuntó a la venta de cobre como motivo detrás de las llamas, a plantaciones de marihuana y a "intereses incorrectos de sectores inmobiliarios".

Esteban Valenzuela, 1024x576 jpg ok

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En horas de la mañana de este jueves, el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, abordó el origen de los incendios forestales que afectan hoy en día el país.

«En las últimas dos semanas hemos pillado infraganti… así como hay patos buenos, hay patos malos. Y hay mucho pato malo que está quemando bosques, como ocurrió en Coronel, para que se quemen los cables y después vender cobre», apuntó de entrada Valenzuela.

Si bien aseguró que existen investigaciones en curso lideradas por el Ministerio Público y la Policía de Investigaciones (PDI), «hemos encontrado peleas entre grupos que plantan marihuana en ciertos valles como posibles provocadores; eventualmente, intereses incorrectos de sectores inmobiliarios, entre otros. Estos ‘patos malos’ que hemos insistido hasta el cansancio. Por eso hemos duplicado la unidad de investigación de Conaf. Queremos terminar con esta impunidad».

Según información del Servicio Nacional de Prevención y Respuestas ante Desastres (Sernapred, ex Onemi), hasta la mañana de este jueves 12 incendios forestales en combate en todo el país y dos en observación. La mayoría de ellos se encuentra en la región de La Araucanía (52) y la región del Biobío (32). 

Conaf

El director de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), Cristian Little, esbozó el tratamiento que se le podría dar a los suelos afectados por las llamas:

«Podríamos tener una vegetación en los próximos 20 años, de tener una cobertura permanente que proteja el suelo, incremente la biodiversidad, para que esa cuenca pueda regular las aguas. En términos de plazo, tenemos que pensar en cómo funcionan los ecosistemas. Eso puede durar 100 años, depende de la intensidad del incendio: hay algunos muy intensos que generan un efecto en el suelo y es una pérdida de suelo irreparable. O sea, se quema la materia orgánica que hay en el suelo, que es la que incorpora nutrientes y finalmente se requiere una nueva cobertura para sostener vida en el sistema».

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