Impactantes imágenes revelan los cientos de barcos extranjeros que depredan la fauna en el mar argentino
Estos barcos se instalan muy cerca del límite con la zona económica exclusiva de Argentina, donde no hay regulación respecto a la pesca.
Hace pocos días se dieron a conocer impactantes imágenes del océano Atlántico, muy cerca de la milla 200 del mar argentino, que mostraban barcos extranjeros que pescan sin límites, «depredando» la fauna marina de Argentina.
Según consignó el medio argentino TN, nuestro país vecino cuenta con una zona económica marítima de 200 millas náuticas, donde pescan con regulaciones para preservar el ciclo de vida de los animales marinos.
Sin embargo, al pasar esa milla la actividad no es ilegal, pero está desregularizada y no se le rinden cuentas a Argentina. Una situación que ha traído malas prácticas que terminan afectando al país ambiental y económicamente.
Así lo pudo evidenciar el medio argentino, el cual sobrevoló la zona para registrar lo que diversos ambientalistas y expertos han denunciado cada año: las operaciones contra el ecosistema que ocasionan estas embarcaciones, que en su mayoría son chinas y otras son taiwanesas, coreanas y españolas.
La depredación
Todos los años, entre noviembre y abril, entre 500 y 600 barcos extranjeros de calamar llegan al lugar. Normalmente, comienzan sus operaciones poco antes de que inicie el verano y ocupan luces potentes para atraer los peces.
Por otro lado, TN señaló que un informe de la ONG Oceana dio cuenta que barcos chinos apagaron sus sistemas de rastreos por más de 600 mil horas para pescar de manera ilegal en el mar argentino.
La coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace, Luisina Vueso, indicó que “la intensidad de la pesca está haciendo realmente un desastre a nivel ecosistémico. Y en los últimos 5 años se ha duplicado la cantidad de poteros en la zona”.
«Es fundamental avanzar en la protección de esta zona porque, aunque estemos hablando de aguas internacionales, más allá de la milla 200, los océanos no conocen los límites diplomáticos que los humanos”, concluyó.
