La historia de un joven antivacuna que murió de covid: «Fue necesario ver morir a mi hijo para que nos diéramos cuenta»
El caso se registró en Pell City, Alabama. Su madre Christy, quien no creía en la existencia del virus, reveló cuáles fueron las últimas palabras de su hijo.
En el marco de los debates que han surgido a partir de la efectividad de las vacunas y, en grupos más escépticos, la veracidad de la pandemia, se da a conocer la historia de Curt Carpenter, un joven antivacuna de 28 años de la ciudad de Pell City, en Alabama, quien tras contraer el virus y estar 51 días conectado a un ventilador mecánico en la UCI, le habría revelado a su familia que «no era un engaño».
La reticencia ante la vacuna contra el covid-19 se habría gatillado a partir de creencias conspiracionales, a las cuales de hecho se habría sumado también su madre, Christy Carpenter, quien no creía en la existencia del virus y lamentó posteriormente lo ocurrido con Curt.
«Fue necesario ver morir a mi hijo y yo sufrir los efectos del covid para que nos diéramos cuenta que necesitábamos la vacuna». Agregó además que «no nos vacunamos cuando tuvimos la oportunidad y ahora lo lamentamos».
«Curt pensó que el covid era un engaño y no se lo tomó enserio hasta que no pudo respirar sin el oxígeno», señala su madre, quien recuerda que una de las últimas palabras de su hijo fueron «esto no es un engaño, esto es real».
Hoy, Christy, con una perspectiva muy distinta, asume como una «misión» poder informar sobre lo ocurrido a Curt, ya que es importante poder dar a conocer su caso en Alabama y advertir a algún joven antivacuna que, como dijo su hijo, «esto es real». Es así como indica que «sé que si Curt hubiese sobrevivido, se habría asegurado que todos supieran qué tan grave es esta enfermedad y qué tan importante es la vacuna».
Cabe destacar finalmente que solo el 39,8% de la población de Alabama sobre los 12 años tiene su proceso de vacunación completo, lo cual no se presenta como una cifra muy alentadora pensando en que Estados Unidos en su totalidad tiene el 48,8%. La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, dijo la semana pasada que «es hora de empezar a culpar a las personas no vacunadas, no a la gente normal».