;

Víctor «Pititore» Cabrera: Fui mejor que Yañez, Caszely y Zamorano

El ídolo de San Luis de Quillota conversó sobre su trayectoria y enfatizó en algunos conflictos actuales.

Víctor «Pititore» Cabrera: Fui mejor que Yañez, Caszely y Zamorano

Tal como en su época de jugador, Víctor «Pititore» Cabrera sigue sin dar pelota por perdida. Entra al área, es duro contra el SIFUP, se compara con tres ídolos de la “Roja” y asevera que existe una mejor historia que el famoso cuento del loro con “Clavito” Godoy.

Revisa aquí el diálogo que tuvo con Juan Ignacio Abarca.

Andaba en el doctor, Víctor ¿cómo le fue? Está en el grupo de riesgo con la pandemia.

Así no más. Paso encerrado en la pieza porque tengo enfermedades crónicas. Soy diabético e hipertenso, solo por contarte algunas (ríe). Pero hablando en serio, esta cuestión es tremenda. Menos mal que la doctora me conoció y fue súper atenta conmigo. Me la cantó clarita ya que con mis enfermedades, si no me cuido, fácilmente podría terminar bajo tierra.

¿Qué estaba haciendo hasta antes del virus?

Trabajo hace más de 15 años en la Municipalidad de Quillota con varios exfutbolistas de la zona. Ahí estábamos haciendo talleres de fútbol que se realizaban todos los días. Y ni te cuento. Los lunes, miércoles y viernes el estadio se llenaba de “cabros” chicos de siete a dieciocho años. No puedo más que agradecer al alcalde, concejales, a la Casa del Deporte porque se han portado increíble, no solo conmigo sino también con el resto de mis contemporáneos. Nunca nos han dejado solos.

¿Qué opinión le merece la polémica del reparto de dineros del Sifup? Usted como muchos quedó fuera de los bonos.

Me parece un chiste. Jugué 25 años al fútbol y las platas se las repartieron escondidos, para callado. Es impresentable. Además son muchos los exfutbolistas que vivimos con lo justo y un poco de platita nos caería del cielo, más en estos tiempos que escasea el trabajo. Pero confío en que se pueda llegar a una solución, sería lo más justo.

A principios de año San Luis le hizo un reconocimiento: le puso su nombre a una tribuna del Estadio Lucio Fariña.

Es un tremendo orgullo saber que mi nombre estará estampado para siempre en la tribuna Pinto. Fue por votación y sumamente apretada, pero terminé sacando ventajas. Me enteré en el estadio un día hablando con los guardias. Al poco rato se me acercó una persona de prensa de San Luis y me dio la noticia de manera oficial. Al día siguiente fue aprobado en el consejo municipal. Imagínate cuando me muera y vayan mis sobrinos al estadio, que son un montón porque tengo ocho hermanos (ríe) y lo primero que vean sea mi nombre. Emocionante.

ADN

También este año fue votado en el equipo histórico de San Luis donde se revivió ese tridente inolvidable junto a Patricio Yañez y Jorge Muñoz. Para quienes no los vieron jugar ¿cuál de los tres era el mejor?

Creo que yo era el mejor. El Pato tenía su velocidad al igual que el Pindinga, pero cuando llegó a San Luis, Yáñez no sabía jugar fútbol, después aprendió. Yo también era veloz, tanto como ellos, pero además era muy ágil y, sobre todo, goleador. 

A partir de esa combinación de agilidad y capacidad goleadora, ¿con qué jugadores de su época o actuales se compararía?

Mi agilidad no la tenía nadie. Ni Caszely, ni Zamorano. A ellos no tengo nada que envidiarle. Tenía más cualidades que ellos. En cuatro años en San Luis, hice 187 goles, un promedio de 46 por temporada. En Colo Colo marqué 22 en el año que estuve, fui el goleador del equipo y campeón de la Copa Polla Gol (actual Copa Chile) y así en todos los equipos que estuve fui goleador. Sabe, necesito un estadístico que me junte todos los goles que hice porque no tengo la cuenta real.

Pititore, su historia del loro con Hernán Godoy es una de las anécdotas más hilarantes del fútbol chileno 

No fue fácil amaestrar a ese loro para que le gritara Clavo culiao, jaja.

¿Tiene otra tan buena o mejor que esa? 

Esa es notable y se seguirá contado por los siglos de los siglos cada vez con más elementos y chamullos que el  propio Clavo le va metiendo año a año (ríe a carcajadas) Y claro que tengo una mucho mejor con el mismo Clavito, pero mucho mejor. Te la cuento… me iba a Colo Colo y estábamos haciendo un asado con los cabros en mi casa. Estábamos todos tomando copetito, uno de esos vinos dulces, ricos, sabíamos que iba el profe, pero estábamos autorizados, estábamos todos en la misma. Pero asaba el rato y el Clavo no llegaba. De repente suena su bocina, yo se le conocía porque siempre iba a hacerme guardia, corro la cortina de la casa y veo que el profe llega con dos chiquillas. Venía entonado. Parece que las había pasado a buscar a la Avenida Aguirre. Bueno, se baja y dice, no se preocupen cabros, las chiquillas van a hacer un show, van a bailar un ratito y se van, yo les pago. Ya poh, dijimos. El problema es que cuando las niñas se empezaron a acercar se vio que eran un par de travestis. Como el Clavo estaba entonado nunca se dio cuenta. Hasta ahí nomás llegó la visita. No hubo show y los echamos de una. Na’ que ver la cuestión jajaja.

[dps_related_post ids=»4623180,4623182,4622912″]

Contenido patrocinado

El siguiente artículo se está cargando

Escucha la radioen vivo

ADN Radio
En vivo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Ciudades

Elige una ciudad

Compartir

URL copiada al portapapeles

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad