Palabra de Profe: Maritza Arias, una profesora de matemáticas de otra galaxia

En nuestro podcast Palabra de Profe conversamos con Maritza Arias, una de las finalistas del Global Teacher Prize. Es una profesora de matemáticas que trabaja desde el año 2014 en el Colegio Leonardo da Vinci de Vicuña, de la Región de Coquimbo, a pesar de  que sus orígenes están en Angol.

Maritza Arias no es una profesora de matemáticas cualquiera, pues combina sus conocimientos aritméticos con su otra pasión: la astronomía.

«Yo estudié matemáticas y física en la universidad. Me capacité en física y en astronomía para poder dar clases ahora como lo hago», comentó la apasionada mujer, quien además de sus labores académicas es divulgadora científica y directora de una agrupación llamada Comunidad astronómica aficionada chilena.

Cuando llegó hace 8 años en la Región de Coquimbo, entró a trabajar al Colegio Leonardo da Vinci, en donde no había ninguna asignatura relacionada con la astronomía.

«Presenté un proyecto para que la astronomía fuera una asignatura para los electivos de primeros y segundos medios. Es uno de mis momentos felices en la semana, porque puedo trabajar con estos jóvenes que muchos de ellos tienen ganas de dedicarse al astroturismo o ser guías de un observatorio», relató Maritza Arias, una de las finalistas del Global Teacher Prize.

El amor de Maritza Arias por las estrellas y la pedagogía

El interés de esta educadora por las estrellas viene desde su infancia, pues vivió en el campo, en Renaico.

«Era un lugar sumamente oscuro, con cero contaminación lumínica. Mis recuerdos de cuando era más niña son mirando el cielo con mi mamá, y ella me mostraba las estrellas. Me daba los nombres que popularmente se conocían y yo sentía una admiración muy grande. Por la belleza que tiene el cielo nocturno, que es un regocijo para la vista y para el alma», comentó la docente del Colegio Leonardo da Vinci de Vicuña.

En línea con lo anterior, Marirza Arias -una de las finalistas al Global Teacher Prize- comentó que el amor por la enseñanza también viene desde su infancia.

«Tenía una mente demasiado curiosa. Siempre estaba haciéndole preguntas a mi mamá. Finalmente me di cuenta de que yo tenía que responderme esas preguntas de alguna manera estudiando. Al final vinculé estas dos pasiones: las ciencias y las matemáticas, con la educación, y doy clases de eso», señaló.

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La importancia de la vocación

Maritza lleva más de 16 años trabajando en las aulas y a partir de su experiencia ha llegado a la conclusión de que «enseñar es un talento que se puede ajustar con el paso del tiempo».

«Yo creo que la vocación es demasiado relevante. Hay días en los que uno se la cuestiona. Uno tiene que sentir pasión, ganas. La necesidad que puedo ver en el otro de querer aprender, porque yo lo viví», reflexionó.