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VIDEO. El “árbol milagroso” de La Paz: El pino que “venció” a un rayo y hoy concede deseos en Bolivia

El “árbol milagroso” del cementerio general convoca a miles con ofrendas y pedidos de salud, trabajo y amor, entre la fe popular y una posible explicación científica.

AP Video/Carlos Guerrero y Victor R. Caivano

AP Video/Carlos Guerrero y Victor R. Caivano / Mario Andrés Vergara Escobar

Diez años después de que un rayo lo alcanzara en medio de una tormenta, un antiguo pino en el cementerio general de La Paz no solo continúa en pie: luce más vigoroso, con una profunda cicatriz en el tronco que rezuma resina aromática. Rebautizado por los fieles como el “árbol milagroso”, el ejemplar se ha convertido en punto de peregrinación para bolivianos de todas las edades que llegan con monedas, flores, dulces y deseos escritos para introducir en las grietas de su corteza.

En plena temporada electoral, el flujo de visitantes no afloja. “La gente pide amor, trabajo, salud, hijos, incluso que les devuelvan a su mascota perdida. Si la persona acude con mucha fe, el árbol cumplirá sus deseos”, relata Javier Cordero, encargado de oraciones fúnebres en el recinto que alberga más de 200.000 tumbas, entre ellas de soldados condecorados y dignatarios.

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La leyenda también se alimenta de testimonios como el de Ricardo Quispe (79), líder de oración que asegura haber estado bajo sus ramas cuando cayó el rayo hace una década. Afirma que el episodio le otorgó “poderes psíquicos”. La historia ha encontrado eco en TikTok, donde jóvenes peregrinos conocieron el caso y se sumaron a la devoción.

Más allá del misticismo, un estudio publicado en New Phytologist a inicios de este año sugiere que algunos árboles pueden beneficiarse de descargas eléctricas al alterar química y biológicamente su entorno, una explicación científica que convive en Bolivia con las cosmovisiones aymaras, donde los yatiris (chamanes) atribuyen a los rayos una energía divina capaz de “cargar” personas y árboles.

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AP Video/Carlos Guerrero y Victor R. Caivano / Mario Andrés Vergara Escobar

Agosto es un mes clave en el calendario agrícola andino: proliferan las ofrendas a la Pachamama y las limpiezas energéticas, rituales que se realizan en hogares, oficinas y en sitios sagrados como este cementerio, donde conviven tradiciones prehispánicas con el catolicismo. “El rayo transmite la energía vital del cosmos”, insiste Cordero, mientras pasa un alambre de cobre junto al tronco para mostrar su “carga”; el hilo comienza a girar, para deleite de los presentes.

Entre los devotos habituales está Tania Arce (60), que llega con chocolates y flores: “Le gustan los dulces”, dice con ternura. “Me hizo el favor que le pedí, pero no he dejado de visitarlo”. Para muchos, el pino no solo es un árbol que resistió al rayo; es un santuario laico donde depositar miedos y esperanzas en tiempos inciertos.

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