Una bala sin culpable: absuelven a imputado por intento de homicidio contra PDI por falta de pruebas

Han pasado más de siete años desde aquella tarde de marzo en Alto Hospicio. Eran cerca de las dos, cuando dos funcionarios de la Brigada Antinarcóticos de la PDI seguían discretamente a un sospechoso que cargaba un bolso con droga. Lo que comenzó como un operativo de vigilancia se transformó en una balacera que dejó a un policía herido de gravedad y a un civil con impactos de bala. El caso conmocionó a la región. Pero esta semana, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Iquique resolvió absolver al único acusado: Oriel Vergara Villanueva.

Según el Ministerio Público, Vergara era responsable de haber intentado asesinar a dos detectives en ejercicio de sus funciones, además de un tercer intento de homicidio simple y tenencia ilegal de arma de fuego. Los cargos se remontaban al operativo del 10 de marzo de 2017. Pero en el juicio, las pruebas no bastaron.

En un fallo unánime, los jueces Cristián Malebrán, Julio Ramírez y Gabriela Marín resolvieron que la fiscalía no logró acreditar ni la participación del acusado ni la acción concreta que se le imputaba. “La carga de la prueba corresponde al Estado”, subrayó el tribunal. “Si este no logra satisfacer el estándar legal, el único camino posible es la absolución”.

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El tribunal sí dio por probado que esa tarde, durante un forcejeo en la entrada de una vivienda del pasaje Uno, hubo disparos que alcanzaron al detective Hans Kay Méndez, provocándole una herida de riesgo vital, y a Rodrigo González Olivares, quien recibió impactos en el brazo y el tórax. Pero no hubo pruebas suficientes que ubicaran a Vergara como autor material de los disparos.

El fallo invoca expresamente el principio de presunción de inocencia: no basta con sospechas o antecedentes indirectos. La convicción del tribunal debe formarse exclusivamente con la evidencia presentada en juicio oral. Y en este caso, la evidencia fue insuficiente.

Oriel Patricio Vergara fue absuelto de todos los cargos. El caso vuelve ahora al punto cero: una balacera con víctimas, pero sin condenados. Un fallo que, aunque ajustado a derecho, deja abiertas más preguntas que respuestas.