Variadas sorpresas en las Semanas Musicales de Frutillar
La versión 52 del evento se ha desarrollado con exitosos conciertos en el Teatro del Lago.
El público asistente a la versión 2020 de las Semanas Musicales de Frutillar, la número 52 de su historia, ha podido llevarse gratas sorpresas artísticas. Una de ellas fue la presencia de la Orquesta Sinfónica Municipal de Copiapó, conjunto que pese a no ser muy conocido fuera de la tercera región, logró presentarse en el más importante festival clásico del país, llevándose una rotunda ovación.
Bajo la dirección de Paulo Macías, interpretaron una cálidamente recibida obra del joven compositor chileno Manuel Bustamante, más la “Serenata” de Edward Elgar, y el imponente Concierto “Emperador” de Ludwig van Beethoven, en una muy imponente versión junto al pianista Danor Quinteros, quien mostró por qué es uno de los más sólidos solistas chilenos actualmente. Era la vitrina que esta orquesta del norte necesitaba para mostrar todo su potencial.
La expectación también se extendía hacia un grupo proveniente de Eslovenia, el Grand Trio Concertante. A pesar de ofrecer una combinación de compositores poco conocidos en Chile, el grupo obtuvo la aclamación por el bello sonido de sus tres integrantes: el flautista Matej Grahek, el clarinetista Joze Kotar y el pianista Luca Ferrini. Destacaron de su presentación, una pieza para flauta sola del esloveno Alojz Ajdic, más (otra sorpresa) una pieza del chileno Andrián Pertout (“Sonus Dulcis”), tocada con el más alto grado de compromiso.
Otro destacado fue el guitarrista chileno Nicolás Emilfork, que está de vuelta en el país luego de un largo período de perfeccionamiento en Texas. El resultado es evidente, una técnica impecable, aplicada a un programa de alta exigencia.
Cuatro obras contundentes de compositores latinoamericanos: Carlos Guastavino (Argentina), Guido Santórsola (Uruguay), Antonio Lauro (Venezuela), y Roberto Sierra (Puerto Rico). Esta última en particular es todo un desafío. Se sustenta en el ritmo, y su aplicación de técnicas modernas a la guitarra no da tregua al intérprete. Emilfork sorteó con elegancia y gusto lo intrincado de una partitura realmente bella, firmada por un notable compositor del presente.
Pero sin duda el que número más esperado cada año es la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, que llegó de la mano de su nuevo director titular, el maestro Rodolfo Saglimbeni. Y ya en la primera de sus tres presentaciones echaron mano a un repertorio parte de su ADN, así como preciso para sacar a luz la envergadura de nuestra principal orquesta. Fue la repetición de su programa de aniversario 79, con la “Suite Latinoamericana” de Luis Advis y la suite “El Pájaro de Fuego” de Igor Stravinsky.
Del primero, se trata de su creación más afamada fuera de sus cantatas populares como “Santa María de Iquique” y “Canto para una Semilla”. Es una destilación sinfónica de danzas, ritmos y aires de todo el continente, que encuentran en Saglimbeni a un intérprete idóneo.
Y lo de Stravinsky fue simplemente apoteósico. Se trata de la versión 1945 de la suite, que tiene la particularidad que es más larga, o sea ocupa mayor cantidad de música del ballet original, lo que le da más consistencia. El virtuosismo orquestal se hizo sentir, y el manejo de colores instrumentales por parte del maestro resultó vívido.
Más aun, Saglimbeni delineó deliciosamente las transiciones entre cada sección, y administró con sabiduría los extremos cambios de volumen que asoman en esta música. El triunfante final generó el esperado impacto que denotó las ovaciones.
En los días previos fueron aplaudidos también la soprano Patricia Cifuentes, la Orquesta de Cámara de Chile con José Luis Domínguez, la Banda Sinfónica FACH, y el Quinteto de Vientos USACH, el pianista Armands Abols y la directora Alejandra Urrutia, entre otros.
Las Semanas terminan este miércoles con una gala sinfónico-coral con música de Richard Wagner, a cargo de la OSNCH y el Coro Sinfónico U. Chile.
