Derrumban mito de que un año del ser humano equivale a siete de perro
Todo depende de la raza y el tamaño del animal.
Se trata de una creencia popular sobre los perros muy arraigada, pero es falsa: un año en el ser humano no equivale a siete en el caso de los caninos.
¿De dónde surge el mito? Los primeros antecedentes aparecen en la Abadía de Westminster. En una inscripción que data de 1268 se establece una paridad de nueva años a uno. Esa equivalencia varía en el siglo XVII de 10 años a uno.
No existe precisión de dónde surge la paridad de siete años a uno, pero sí que se comenzó a divulgar alrededor de la década del ’50.
Existen dos argumentos claves que derrumban este mito: la madurez sexual y la media de edad cuando fallecen.
Los perros pueden reproducirse al año de vida, el ser humano a los siete aún es muy joven. Por otro lado, si viviéramos como los caninos, superaríamos fácilmente los 100 años de edad como promedio.
Según Science Insider, nuestros amigos cuadrúpedos envejecen de manera muy diferente a los seres humanos. Durante el primer año, un perro enfrenta un explosivo crecimiento mucho más rápido que una persona.
Después de eso, todo depende de la raza y del tamaño del animal. Los más pequeños maduran mucho más rápido al principio, pero luego su envejecimiento se ralentiza y viven más que los perros grandes.
Revisa a continuación una tabla de equivalencia realizada a partir de datos publicados por el sitio Priceonomics, donde muestra cómo envejecen estos animales de acuerdo a su tamaño.
