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Jorge Sharp: «La pandemia pone en evidencia no solamente la pobreza, sino también la profunda desigualdad de nuestro país»

El alcalde de Valparaíso conversó con Ciudadano ADN sobre la complicada situación de su comuna, que entra en una segunda cuarentena amenazada por protestas y lluvias, y con un municipio empobrecido que "hace lo que puede hacer: entregar nylon para que la gente no se llueva".

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Ciudadano ADN - Jorge Sharp: "Los municipios nos hemos convertido no solo en la primera línea, sino en la única línea, porque el Estado cruje"

17:34

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«Vamos a saber ahora», aseguró el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, sobre los resultados de la cuarentena en el control de los contagios en su comuna.

En entrevista con Ciudadano ADN, el jefe comunal aseguró que, en todo caso, la movilidad se ha reducido en su ciudad, «pero el impacto real lo vamos a tener en los próximos días».

Una preocupación que se suma a la tensión que se vive en los cerros de Valparaíso, con barricadas incluidas, en protesta por la falta de ayuda a sus habitantes. Hechos que, en su criterio, «tienen que ver con los problemas sociales y económicos que produjo la llegada del Covid-19». Según Sharp, «de repente las fotos de Valparaíso no reflejan la verdad de la ciudad». Una donde, según el último censo, de 96.000 hogares inscritos en el Registro Social, 56.000 pertenecen al 40% de menores ingresos. Y en casi 23.000 de ellos existe un adulto mayor, que es población de riesgo ante la pandemia.

«Valparaíso es una ciudad de profundas dificultades y vulnerabilidades económicas y sociales. Por eso, como municipalidad estamos trabajando a toda máquina para que esta cuarentena sea digna», dijo Sharp. Entre las medidas tomadas están asegurar el funcionamiento de los Cesfam, evitar que el servicio de aseo tenga interrupciones, y seguir entregando agua potable a 4.000 familias «que dependen de nosotros». También el municipio está distribuyendo las cajas de alimentos del Gobierno, de las que ya ha entregado 23.000, y «nuestro objetivo es terminar con las 70.000 a disposición».

Sin embargo, Sharp está consciente de que «el problema no se resuelve con una caja». «En Playa Ancha, en Porvenir, una vecina me dijo ‘le agradezco que me haya entregado una caja, pero ya nos quedamos sin la caja, y tenemos hambre’«, relató. Una situación que se agrava con la «lentitud» en el depósito de los prometidos ingresos de emergencia. «Esa es la realidad no solo de Valparaíso, sino de muchas comunas del país», sostuvo el alcalde.

El problema de fondo, aseguró, tiene que ver con «un diagnóstico distinto» de la crisis por parte del Gobierno versus el de los municipios. «El CAE, no se puede. Extendamos el postnatal, no se puede. Aumentar el sueldo de emergencia, no se puede. Esto no se trata solo de criticar. La comunidad científica, los municipios y los partidos políticos han entregado propuestas, pero si el diagnóstico sigue siendo el mismo, va a ser muy difícil controlar la crisis y el impacto va a ser muy grande».

Movilidad y otras emergencias

Mientras en el control de parte de las autoridades nacionales, cuestionó, «se le carga la mata» a los ciudadanos comunes y corrientes «que es la gente que sigue yendo a trabajar», «las empresas que sacan permisos truchos quedan en la impunidad». Cuando la pandemia tiene una mayoría de casos contagiados entre los 30 y 44 años, Sharp recuerda que «es la gente que más sale a trabajar», y además conforman el 38% del total de endeudados de Chile.

Sharp explicó que la reducción de la movilidad en Valparaíso se está manejando en dos frentes: interno y externo. Para el primero, dentro de la ciudad, se impulsaron los llamados «confinamientos comunitarios o barriales», dividiendo la ciudad en 15 zonas y permitiendo a las personas movilizarse dentro de ellas para trámites o servicios básicos. La segunda, en cambio, se ve amenazada por un «ingreso permanente de gente de Santiago a la región. Mucha gente se inscribe en el consultorio de Viña, quedaban como viñamarinos y se venían a su segunda vivienda». Otros, a la inversa, que residen en sectores como Placilla y Peñuelas, «han seguido yendo y viniendo de Santiago porque el trabajo en Santiago no para, las empresas siguen operando aunque no sean esenciales». Por eso, enfatizó que «al final todo es un circulo vicioso. Lo que sucede en Santiago impacta a Valparaíso y viceversa».

La situación se agrava con las fuertes lluvias que comenzaron la semana pasada y amenazan con agravarse en los próximos días. «Ya tuvimos tantos milímetros de agua como los que llovieron el año pasado, ya cubrimos esa cantidad de agua con la lluvia del viernes y el sábado», contó Sharp, preocupado de que en su ciudad «hay gente preparada para aguantar la lluvia y otra que no. Los campamentos se anegan, las casas de los vecinos se llueven». Por eso, el municipio «hace lo que puede hacer: entregar nylon para que la gente no se llueva. En ese nivel estamos», expresó, alertando sobre la falta de recursos.

Una situación que, asegura, se repite a lo largo del país. «En Chile hay tres o cuatro municipios con capacidad institucional para gestión rápida y eficiente: los del sector oriente de Santiago. El resto vive en las pellejerías, con plata a corto plazo y muchos controles administrativos». Pese a eso, son ellos los que, junto a los Cesfam y los funcionarios de salud en los hospitales, se han convertido «no solo en la primera línea, sino la única línea, porque el Estado entero cruje». 

Para solucionar la falta de recursos, enfatizó, hay una solución clara. «No tenemos casino como Viña que reporta 25.000 millones anuales, pero tenemos un puerto. Con dos meses de actividad portuaria, y no de impuestos, podríamos construir 7.000 casas en Valparaíso». Una muestra de que, en su criterio, «la pandemia pone en evidencia no solamente la pobreza, sino también la profunda desigualdad de nuestro país. Esa es la realidad y decirlo no es estar quejándose, es dejar que la realidad hable. Esa es la realidad. Todo lo demás es ilusión».

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