José Andrés Murillo, uno de los denunciantes de Fernando Karadima que se reunió con el Papa, expresó su deseo de que Francisco acepte las renuncias de los obispos chilenos.
"Ninguno fue capaz de golpear la mesa y decir 'yo me voy a poner del lado de las víctimas' (de abusos sexuales). Todos entraron en el juego del poder narcisista que se mira a sí mismo. Prefirieron su propia reputación, prefirieron ocultar información. Prefirieron cuidarse a ellos mismos en vez de a los demás", dijo en un punto de prensa.
Murillo declaró que espera que, una vez renunciados todos los obispos, "haya un cuestionamiento de las estructuras de poder en la Iglesia".
Además, destacó a los sacerdotes y reliosos "que se la han jugado de forma completa por los niños y las víctimas", porque ellos también "han sido silenciados por las estructuras de poder de la Iglesia".
"Ojalá sean ellos los que salgan hoy día y puedan tomar las puestos de los obispos", agregó.