Corte de Apelaciones aplica perspectiva de género y revierte beneficio de «remisión condicional» para hombre que agredió a su pareja

La perspectiva de género imperó este viernes en la Corte de Apelaciones de Santiago, quien acogió el recurso de apelación que presentó la parte querellante de una joven que fue agredida por su ex pololo en 2019. Determinando que el condenado cumpla su pena en la cárcel por los delitos de lesiones graves, amenazas no condicionales y maltrato animal.

Un fallo unánime de la Sexta Sala, en el que sus integrantes se basaron en el artículo 7 de la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, «Belém do Pará», ratificada por Chile en 1996.

«Es necesario aplicar la perspectiva de género, por lo que se deben identificar las situaciones de poder o de desigualdad estructural que tienen como base el sexo de los intervinientes, con el objetivo de superar los sesgos o estereotipos y eliminar las asimetrías de poder, de manera garantizar el derecho de igualdad entre las partes«, dice el fallo.

Así, la resolución del Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, quien dictó que el condenado Johan Aracena Vargas cumpla su condena en libertad, se anuló y se dio lugar a que la pena la realice estando privado de libertad.

Corte de Apelaciones consideró los hechos

Los hechos habrían ocurrido en enero de 2019, al interior del domicilio del condenado, en donde Johan Aracena Vargas le quitó el celular a la víctima para revisárselo y golpearla en el rostro para luego arrastrarla a la calle.

Después, Aracena Vargas ingresó a su casa y regresó hasta donde estaba la víctima, arrojándole una sustancia roja podrida, aparentando ser sangre, que tenía en un frasco.

Tras la agresión, el informe del Servicio Médico legal señaló que «la víctima resultó con lesiones graves consistentes (…) lesiones que suelen sanar salvo complicaciones en 120 a 150 días con igual tiempo de incapacidad«.

Posteriormente, el condenado le envió a la joven mensajes y vídeos en que maltrataba gatos para extraerle la sangre y guardarla, que «correspondía a la sustancia roja que le arrojó a la víctima«.

Por último, en la vía pública, Aracena Vargas, utilizando aparentemente un arma de fuego, amenazó a la víctima, a su hijo y a su actual pareja «mientras los apuntaba con dicha arma y les manifestaba ‘¿tú creí que no les voy a disparar?, los voy a matar’».