Defensora de la Niñez y la reincidencia de adolescentes: «Es un reflejo claro de la incapacidad del Sename»

La defensora de la Niñez, Patricia Muñoz García, conversó con La Prueba de ADN sobre la participación de menores de edad en los diferentes delitos que van en aumento.

Durante el último tiempo se ha visto una particularidad ligada a la edad de los involucrados en los hechos delictuales. Incluso, en una noche marcada por las encerronas se reportó la participación de un niño de 11 años.

Esto llama la atención y claramente enciende las alarmas a nivel nacional, pero desde la Defensoría abordan el tema «con esperanza de que se asuma con rigurosidad«.

Muñoz apuntó a una intervención como Estado «para prevenir que niños se vinculen con estos hechos. Evitar tener que estar reaccionando cuando ya es tarde«.

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La prevención en un contexto de crecimiento

Bajo esta línea, la defensora de la niñez sostuvo una «expectativa de que esta administración logre entender el diseño de una política pública«, pero basado en un concepto fundamental.

«Debe partir por enfocarse en la necesidad de prevenir (…) atendiendo a la situación de protección en la que niños deben ser criados en sus contextos familiares y sociales».

Patricia apunta a que los adolescentes deben crecer distantes a escenarios que faciliten una vinculación a la delincuencia que «perjudican su desarrollo«.

Todo esto para evitar que los menores, en su crecimiento, estén vinculados a un entorno delictual que posteriormente los tendrá totalmente inmersos.

La rehabilitación en niños y adolescentes

Al hablar de la reinserción, vista también como un proceso de rehabilitación, especialmente entre los menores que pasan por el mundo delictual, resulta clave entender cómo y cuándo intervenir.

Patricia Muñoz señaló que para hablar con propiedad sobre esto tiene que haber «un sistema capaz de intervenir, con la especialización que requiere«. Aquí es donde surge parte de la interrogante sobre las capacidades.

«En Chile no estamos en condiciones (…) los mismos adolescentes que han delinquido siguen cometiendo delitos. Eso es un reflejo muy claro de la incapacidad».

Bajo este punto, la representante de la Defensoría de la Niñez apuntó al SENAME y sus programas de intervención que no son capaces de lograr los objetivos.

Indicó que son tres escenarios importantes; primero que los niños y adolescentes reconozcan el delito cometido y se responsabilicen. Segundo, que se logre cortar una eventual «carrera delictual» o, en otro caso (el tercero) si es el primer delito, que se desista de un comportamiento delictivo.

«Ese trabajo interventivo no se puede establecer solo con el niño. Tiene que incorporarse de manera rigurosa su entorno inmediato en términos familiares y sociales», enfatizó Muñoz.

Aseguró que los modelos dan resultados, sin embargo «aquí, en Chile, no se aplican conforme los estándares y exigencias«.