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«Le pido perdón a quienes tienen familiares con covid»: El emotivo testimonio de comerciante que trabaja en cuarentena

La señora Raquel entregó su testimonio a la televisión, explicando la complicada situación por la que atraviesa.

Señora Raquel, feriante.

Señora Raquel, feriante.

«Sé que estoy en deuda con la sociedad, le pido perdón a toda esa gente que tiene familiares con covid, pero tengo que trabajar«, es parte del emotivo testimonio que durante la tarde de este sábado captó Chilevisión durante las noticias, mientras recorría un mercado persa que sigue funcionando pese a la cuarentena que rige en toda la Región Metropolitana por los altos casos de contagios con covid-19.

La señora Raquel, comentó que sabe que se arriesga a una sanción, e incluso que ya ha tenido que pagar multas por el funcionamiento de su local de comida pese a las restricciones sanitarias, pero aseguró que no tiene otra opción para poder mantener a su familia. Debido a esto, emplazó al ministro de Salud, Enrique Paris y criticó la cuarentena total.

«Tenemos derecho a comer»

«Tenemos derecho a comer, estamos en manos de nadie, porque ni siquiera el alcalde electo se ha presentado a ayudarnos de alguna forma. Aquí todos los independientes no tenemos bono, no tenemos caja, no tenemos nada», dijo la comerciante, que aseguró que cumple con todas las medidas para prevenir el contagio.

La señora Raquel también aprovechó de criticar a los políticos. «Me gustaría que las grandes mentes que se juntan (para decretar la cuarentena) vivieran un mes con lo que nosotros ganamos, a ver si pueden mantener su calidad de vida. Siento mucha frustración cuando veo los mall abiertos», dijo.

A esto agregó que «si yo estuviera en el lugar del señor Paris saldría a caminar para ver la situación del pueblo, es muy fácil hablar en una mesa«.

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La vida del comerciante en pandemia

En la conversación con el canal, explicó la situación que la obliga a salir a trabajar: «Tengo un bebé de tres años y una hija con discapacidad. El banco no me perdona y los centro comerciales tampoco. Si me cierran el local, voy a salir con una bandeja como empecé, pero yo necesito trabajar», dijo la señora casi llegando a las lágrimas.

«Muchos locatarios son abuelos y están en la casa sin un peso. A lo mejor me van a cerrar el local, pero si lo cierran y me cobran tendré que pagar una vez más y tendré que seguir en la lucha. Trabajo para comer un poco y el resto para dárselo a un Juzgado o al Seremi, el Servicio de Impuestos Internos no perdona. Así es la vida de los comerciantes«, explicó.

Revisa el emotivo testimonio a continuación:

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