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Exdirector de Gendarmería sobre Punta Peuco: «Hay quienes piensan que la transición fue un paseo»

Claudio Martínez contó en Ciudadano ADN detalles de "Punta Peuco, la historia desconocida", su libro sobre su experiencia en la creación del recinto.

Exdirector de Gendarmería sobre Punta Peuco: «Hay quienes piensan que la transición fue un paseo»

Arquitecto de profesión y director de Gendarmería durante la transición a la democracia, Claudio Martínez presentó en Ciudadano ADN su libro "Punta Peuco, la historia desconocida" (RIL Editores).

Se trata de un relato que entrega pormenores de lo que significó la construcción de la cárcel inaugurada en 1995 y destinada a militares condenados por violaciones a los derechos humanos en la dictadura, y el encarcelamiento de figuras como Manuel Contreras y Pedro Espinoza, en uno de los momentos más complejos de la transición chilena a la democracia.

Martínez definió al proceso que le tocó encabezar como uno donde "se puso a prueba la transición, las tensiones entre el mundo militar y el civil", recordando que "cuando estaba metido en el corazón de esto, no tenía la distancia suficiente" para evaluarlo.

"Había una cantidad enorme de intersticios no contados, dejando espacio a una serie de mitos urbanos. Especialmente ante los jóvenes de hoy día, incluso los que recién incursionan en la política, que piensan que la transición fue un paseo", dijo enfático, agregando que dicho proceso político, vivido por Chile en la década de los 90, fue "un permanente esfuerzo por ganar espacios y recuperar la democracia en plenitud". Su libro, dice, tiene como motivación informar a ese segmento de la sociedad de lo que ocurrió.

La ex autoridad relató que su participación del diseño de Punta Peuco fue "en una doble condición: como director de Gendarmería y como arquitecto", profesión que le permitió ser creador del primer boceto. En el libro, adelanta, hay dibujos que son de su autoría. "Era una cárcel normal", asegura, señalando que "la discusión se traslada erróneamente a la infraestructura. Nadie puede decir que es un hotel. El tema es que los privilegios están vinculados al régimen: las visitas, las cosas que pueden entrar, el trato", y agregando que "la mantención y las buenas condiciones que tiene (una cárcel) está muy vinculada al nivel de formación que tienen los presos. A algunos les puede molestar, pero evidentemente los que están ahí tienen una formación distinta, independiente de que hayan cometido delitos muy graves".

En la entrevista, Martínez recordó episodios protagonizados por él que grafican la tensión que por esos años se vivía, como tener que notificar de su detención a Manuel Contreras, que en ese momento estaba hospitalizado en Talcahuano. "El almirante jefe de la base naval, percibo yo, no se atrevía a comunicarle la situación y me pidió a mí que lo hiciera. Él (Contreras) acostado, yo de pie a su lado, una situación incómoda para cualquiera. Fue una conversa kafkiana, yo le pregunto de su salud, hasta que le digo 'vamos al grano'", relató. "Contreras estaba solo. Tengo la impresión de que fue abandonado por el Ejército", recordó.

También rememoró el momento en que tuvo la responsabilidad de abrirle la reja de Punta Peuco al brigadier Pedro Espinoza, el otro miembro de la DINA condenado por el asesinato de Orlando Letelier. "Eso ocurre el día que está de aniversario Investigaciones, el 19 de junio", relató. "Era evidente que se iba a entregar pero no ocurría nunca, ocurrió a la 1 de la mañana. Mi esfuerzo era llegar al penal antes de la comitiva (que llevaba a Espinoza). Cuando llega, yo estaba al interior de la cárcel, y la actitud de la comitiva fue muy agresiva. Examinaron la cárcel para comprobar que era un lugar digno y no éramos una especie de vengadores que los íbamos a humillar", recordó. También relató que Espinoza "hablaba mucho conmigo, y eso alertó al Ejército", quienes habrían supuesto una especie de "Síndrome de Estocolmo. Me llegaron mensajes diciéndome que no fuera mucho a Punta Peuco".

Martínez terminó sus funciones a cargo de Gendarmería en diciembre de 1996, empujado por la fuga de los miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez de la Cárcel de Alta Seguridad. Consultado respecto a si en la ocasión se "cortó el hilo por lo más delgado", respondió: "yo creo que sí. Eso podría ser un segundo libro". "La crisis fue desatada. Yo asumí la crisis", dijo. "Nadie asumió la responsabilidad".

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