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Glorioso estreno local de hito del piano moderno

El pianista Luis Alberto Latorre y la Sinfónica Nacional de Chile presentaron en el Municipal de Las Condes el relevante Concierto para Piano de Witold Lutoslawski.

Luis Alberto Latorre

Luis Alberto Latorre

Cuando ya la actividad orquestal en el país está full de vuelta, la Sinfónica Nacional de Chile experimenta un nuevo hito en sus 81 años de historia, apuntando a uno de los puntos esenciales de su espíritu, el sumar en su larga lista de estrenos locales para importantes obras del último medio siglo.

El Teatro Municipal de Las Condes a aforo completo, recinto aliado de la orquesta estatal, fue el espacio donde el público chileno pudo escuchar por primera vez el Concierto para Piano (1988) de Witold Lutoslawski (1913-1994), una de las obras más importantes en lenguaje moderno para la combinación de piano solista y orquesta sinfónica.

Esta cumbre, comparable a cuando en 2014 la orquesta nos entregó la singular Sinfonía de Luciano Berio, fue protagonizada por el pianista Luis Alberto Latorre, un intérprete excepcional, incansable a la hora de presentar nuevos repertorios, promover a los creadores nacionales, difundir a su instrumento como maestro, y cultor de vastos repertorios como solista, músico de cámara y junto a orquestas.

El Concierto de Lutoslawski es una obra mayor, que refleja la madurez del compositor, quien para entonces manejaba con la mayor destreza recursos propios como el fino color orquestal, la flexibilidad rítmica, y una acotada libertad dada a los intérpretes dentro de ciertos parámetros.

También es notable el uso de la melodía, que se refleja en líneas melódicas extendidas, fragmentadas o reducidas a pequeñas células, que se van aunando en el perfecto diálogo entre orquesta y piano.

ADN

Rodolfo Saglimbeni y OSNCH

Latorre, quien nunca defrauda, acometió la música con destreza, certeza, pero sobre todo, la profundidad que le caracteriza para llegar a las vastas honduras de cada partitura que llega a sus manos. En el podio, el maestro venezolano Rodolfo Saglimbeni, titular de la OSNCH, resultó un excelente colaborador que internalizó toda la riqueza de esta obra.

Para mayor fortuna de los presentes, Latorre entregó un contundente bis: “La Mirada del Padre” de Olivier Messiaen, que nos llevó a un plano de meditación mística. Las resonancias del piano en está oración final serán difíciles de olvidar.

Esta antológica presentación de Latorre fue flanqueada por la Obertura de “La Flauta Mágica” de Wolfgang Amadeus Mozart, como luminosa forma de calentar los motores para lo que vendría después con Lutoslawski. Y al cierre, el Tema con Variaciones de la Suite No.3 de Pyotr Ilich Tchaikovsky, curiosamente también en primera audición nacional. Un fragmento lleno de encanto, que dio pie a brillo orquestal por parte de Saglimbeni y sus dirigidos, destacando un magnífico solo de violín por parte del concertino Héctor Viveros.

Actualmente, la OSNCH se mueve entre el Municipal de Las Condes y su tradicional casa, el Teatro U. Chile. Todo a la espera de la apertura de su nueva sala, que tendrá lugar en Vicuña Mackenna 20, y que como se ha visto por la prensa, va bien avanzada.

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