Hollande y Merkel celebraron los 50 años de amistad francoalemana

François Hollande y Angela Merkel celebran en Reims el 50 aniversario de la reconciliación francoalemana que sellaron, el 8 de julio de 1962, el general De Gaulle y el canciller Konrad Adenauer en la catedral de la ciudad del este del país. Tras las tensas negociaciones de la semana pasada en Bruselas, Merkel y Hollande han abierto un año de conmemoraciones que culminará con la firma de un nuevo tratado de amistad que sustituirá al Tratado del Elíseo, el pacto firmado por de Gaulle y Adenauer que cerró hace medio siglo una de las páginas más sombrías de la historia europea.

Hollande y Merkel han pasado revista a las tropas antes de asistir a una ceremonia en la catedral donde se celebró la Misa de la Paz el mismo día en 1962, y de inaugurar una exposición consagrada a la pareja Adenauer-De Gaulle, fundadora de la amistad franco-alemana.

La ciudad de Reims es un símbolo de las diferencias entre Berlín y París, ya que fue ocupada por los prusianos en 1870, destrozada por la aviación alemana durante la I Guerra Mundial –la catedral fue atacada en septiembre de 1914-, y 31 años más tarde, el 7 de mayo de 1945, se convirtió en el escenario de la capitulación de la Alemania nazi.

Ante la fachada de la catedral, bajo una intensa lluvia y un viento fuerte, Hollande y Merkel han repasado la historia de la amistad y las discrepancias entre los dos países. Hollande ha citado las palabras de Charles de Gaulle (“no giramos una página sino que abrimos una puerta”) y ha ofrecido a Merkel la firma de un nuevo tratado bilateral para “franquear otra puerta y estrechar aun más la amistad” entre los dos países.

“Lo que nos une es la voluntad de seguir fieles a Adenauer y De Gaulle. Hacía falta audacia para vislumbrar un futuro común después de tanto dolor”, ha dicho Hollande. “Nuestra amistad inspira a Europa”, ha añadido, recordando que la semana pasada, en la cumbre de Bruselas, se pusieron las bases de “la nueva arquitectura de la Unión Europea”.

Merkel, que ha reído a carcajadas con las bromas de Hollande sobre el mal tiempo, ha afirmado en su discurso que “no es fácil transmitir la preciosa amistad francoalemana”; ha rendido homenaje a “todas las personas que sufrieron en las guerras”, y ha llamado a que los dos países sigan profundizando en su amistad para liderar el proyecto de la Unión Europea. “Europa puede salir de la crisis si mantenemos nuestro espíritu de unidad”, ha afirmado la canciller, que ha enfatizado la necesidad de profundizar en la unión monetaria, económica y política. “Será un trabajo hercúleo”, ha dicho.

Profanaciones
El primer día de las conmemoraciones ha quedado ensombrecido por la profanación de tumbas en un cementerio militar situado no lejos de Reims, en Saint-Etienne-à-Arnes, donde reposan numerosos soldados alemanes caídos en la I Guerra Mundial. Según anunció el ministerio del Interior, cuarenta cruces de madera que pertenecían a combatientes alemanes fueron arrancadas durante la noche, y algunas de ellas se han utilizado para encender un fuego de campamento. El ministro, Manuel Valls, ha condenado firmemente el acto.

El acalde de la localidad ha afirmado que aun es pronto para saber si es un acto político o una simple gamberrada, y según la prefectura han aparecido muchas botellas de alcohol y cerveza. El cementerio militar contiene unas 12.000 sepulturas de la I Guerra Mundial, la mayor parte de soldados alemanes caídos en las batallas de Champagne.