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Su vida corrió peligro: la triste historia de Murtaza, el niño que se viralizó por su bolsa con el «10» de Messi

En un reportaje realizado a la familia, se dio a conocer la pesadilla que han vivido luego de que el pequeño afgano se hiciera famoso e incluso conociera a su ídolo en 2016.

Su vida corrió peligro: la triste historia de Murtaza, el niño que se viralizó por su bolsa con el «10» de Messi

Murtaza Ahmadi es un niño afgano que conmovió al mundo entero luego de que se viralizara su fotografía vistiendo una bolsa de plástico, en la cual llevaba el nombre de Lionel Messi, su ídolo. Recientemente, gracias a un reportaje de Bleach Report, se dieron a conocer terribles detalles de cómo la familia tuvo que enfrentar la fama del pequeño, sufriendo acoso y amenazas en su país.

Todo comenzó en 2016, año en que Hamayoun, su hermano mayor, se le ocurrió la idea de fabricar la tan comentada camiseta de plástico. Para ello, utilizó una bolsa blanca con rayas celestes, emulando la indumentaria de la selección de Argentina, y escribió «Messi», acompañado de su tradicional número «10».

Esto lo hizo debido al gran fanatismo que Murtaza, de 6 años en ese entonces, tenía por el icónico jugador del Barcelona. Por ello, le fabricó este obsequio, y al ver la felicidad del pequeño, no dudó en capturar el momento y subir la fotografía a redes sociales.

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Rápidamente, la imagen se hizo viral, y el mundo del fútbol se emocionaba al ver al pequeño afgano con la «camiseta» del jugador que tanto idolatraba. «Estaba contento, me sentía como un futbolista», expresó Murtaza al citado medio.

Sin embargo, no todo era positivo, y según explicó Arif, su padre, «la gente empezó a pensar que en qué circunstancias económicas estábamos, que ni siquiera podía comprarle una camiseta«. Poco a poco las miradas hacia los Ahmadi fueron cambiando, más aún tras un particular suceso.

La imagen del pequeño había llegado a los cercanos de Messi, por lo que estos decidieron hacerle llegar hasta su hogar dos cajas. «Cuando las vi por primera vez, pensé que una tendría juguetes para Murtaza y la otra dólares. Pero no, eran un balón y una camiseta», detalló Arif.

Poco a poco, tomó fuerza un inoportuno rumor, pues se especulaba con que el astro argentino les había enviado una gran cantidad de dinero como apoyo, al punto de que por las noches llegaban desconocidos al domicilio de la familia, preguntando por el «dinero que Messi les había regalado«. «Nuestra cultura se basa en la caridad. Si un extranjero está en contacto contigo, entonces debe haberte ayudado», explicó el padre.

Ante el constante acoso, la familia solicitó a través de un programa de refugiados que les otorgaran asilo en Pakistán, pero rechazaron su pedido, incluso cuando en la solitud incluyeron una carta enviada por terroristas talibanes, donde amenazaban con secuestrar a los integrantes de su hogar.

Meses después, Murtaza y su familia recibieron una inesperada noticia, y es que viajarían a Qatar para que el pequeño pudiera conocer a Lionel Messi. El niño, cumpliendo un verdadero sueño, acompañó al delantero previo a un amistoso que se disputaría en el estadio de Doha.

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En aquella ocasión, logró compartir por primera vez con su ídolo, abrazándolo y sin querer soltarlo. «Le dije que me quería quedar con él, que quería jugar con él. Él reía y me decía que me fuera con mi padre, pero yo no entendía su idioma», reveló el pequeño.

Sin embargo, Arif esperaba más que solo un cariñoso encuentro con el «10». «Pensamos que al ir a Doha quizás Messi sería como Cristiano Ronaldo. Fuimos a Doha para que él pudiera hacer algo por él, no por mí. Pero no hizo nada por Murtaza», criticó el padre de Murtaza.

Este comentario se debe a que conocía la historia de Zaid Abdul, un niño refugiado sirio que pudo ingresar a la cancha del Santiago Bernabéu de la mano del delantero portugués, además de recibir asilo en España para él y sus padres, e incluso, según dicen, CR7 habría realizado millonarias donaciones a la familia.

Por ello, los Ahmadi esperaban un gesto similar al del, en ese entonces, atacante del Real Madrid, pero no obtuvieron frutos y regresaron a Jaghori con las manos vacías.

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Ya en su país, la tortura continuaría, pues nuevamente acosaron a la familia. «Cuando volvimos la gente me decía ‘tú tienes mucho dinero, Messi te dio mucho dinero’. Me paraban camino a la escuela y me preguntaban si acaso era el pequeño Messi», explicó Murtaza.

La situación del menor llegó a tal extremo que decidieron no enviarlo más a la escuela, e incluso no le permitían salir de su casa, esto debido a las constantes amenazas de secuestro que recibían, según detalló Shefiqa, su madre. De hecho, conscientes del peligro que corría su hijo, optaron por exiliarlo en Kabul, capital de Afganistán, donde comenzó a vivir junto a su tío.

En su nuevo hogar, estuvo un año encerrado sin salir a las calles, compartiendo y jugando con sus primos. Sin embargo, para su mala fortuna, los constantes atentados que se daban en la ciudad ponían nuevamente en riesgo la vida de Murtaza. «Había muchas explosiones, en todos lados. ‘¡Boom!’ Sonaban más o menos así», explicó el niño a Bleach Report.

Lamentablemente, ante la situación de la capital, la familia decidió llevarlo de regreso a Jaghori, pues, si bien corría peligro en ambas ciudades, por lo menos podrían estar con él, aunque continuaría bajo encierro.

Pese a la situación que vivieron junto a su familia, el pequeño afgano no se arrepiente de haberse puesto la bolsa de plástico que lo hizo tan conocido a nivel mundial, la cual le permitió conocer a su ídolo, pero también terminó por atentar contra su vida. De hecho, fue tajante: «Me la volvería a poner, porque amo a Messi».

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