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Deportes con Historia: el arquero argentino que se convirtió en represor, y los 39 años y 100 goles de «Chupete» Suazo

La columna deportiva de Ciudadano ADN recorrió la historia del arquero que no pudo atajarle el gol número 1.000 a Pelé, tristemente célebre al terminar sus días con participación comprobada en la dictadura argentina; y también la biografía de Humberto Suazo, desde sus inicios en San Antonio y su estadía en Colo Colo, hasta su actualidad.

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Deportes con Historia: el arquero argentino que se convirtió en represor, y los 39 años y 100 goles de "Chupete" Suazo

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En un nuevo episodio de Deportes con Historia, la columna deportiva de Ciudadano ADN, el periodista Cristián Arcos revisó dos relatos en torno al fútbol de ayer y hoy.

Edgardo «Gato» Andrada, el arquero represor

El primero de ellos es una efeméride que nos transporta hace 51 años atrás. El 19 de noviembre de 1969, a las 23:23 horas, Edson Arantes do Nascimento, Pelé, a sus 29 años, anotó su gol número 1.000 contra Vasco de Gama en el Maracaná, dándole el triunfo al Santos por 2-1 ante 27.000 espectadores.

Pero el protagonista de esta historia es el arquero a quien Pelé supera en ese gol: el argentino Edgardo Norberto Andrada, más conocido como «El Gato» Andrada. Se caracterizaba por jugar enteramente de negro, y en su país natal jugó en el Rosario Central: de hecho, todavía es el arquero en más partidos en la historia de ese equipo. En el Vasco también alcanzó el podio de sus mejores arqueros en la historia. 

Hasta los 41 años estuvo instalado en Brasil, para luego volver a trabajar a las divisiones inferiores de Rosario Central. Eso duró hasta 2008, cuando su figura cambia de claro a oscuro, al estallar uno de los cientos de casos de violaciones a los Derechos Humanos en Argentina.

Durante la investigación por la muerte de los sindicalistas Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra en 1983, en los últimos días de la dictadura argentina, el represor confeso Eduardo Constanzo reconoció ante el juez Carlos Villafuerte que Andrada no solo era miembro civil del Ejército, «o sea, un sapo», sino que había participado en el secuestro y posterior fallecimiento de estos dos dirigentes.

La noticia causó un profundo revuelo en el mundo del fútbol. Rosario Central despide inmediatamente a Andrada de su cargo de técnico. Pese a que nunca habló del tema con la prensa, la información que se conoce del caso es lo que declaró él: que fue parte del Ejército, institución a la que fue reclutado en 1981 -cuando aún era futbolista-, y que entre sus labores estaba la entrega de información, aunque siempre negó haber participado del secuestro y asesinato de los militantes.

Un informe interno de Inteligencia, desclasificado durante la investigación, sentenció que Andrada fue convocado a esa oscura labor porque «su figura de exarquero de Rosario Central,concita adhesiones y confianza, especialmente en los barrios de trabajadores, lo cual facilita su penetración al objetivo impuesto. Si bien su edad supera el límite establecido, su potencialidad de penetración y capacidades personales, hacen sumamente beneficiosa su integración a esta unidad, viéndose justificada la proposición de su nombramiento (…) Posee una variada red de informantes. Trabaja con dedicación exclusiva».

Aunque finalmente Andrada fue absuelto del delito, sí se comprobó su participación activa como informante de inteligencia. Incluso, recibió pensión de la institución hasta el día en que falleció «en el más absoluto oscurantismo» el 3 de septiembre de 2019, a los 80 años.

La historia de Chupete Suazo, el hombre de los 100 goles

A propósito de la última hazaña de Humberto «Chupete» Suazo, quien a sus 39 años acaba de superar la marca de 100 goles en el fútbol chileno, Arcos repasó su historia desde sus inicios.

Oriundo de San Antonio, fue hijo de Pedro «Pelluco» Suazo, cuyo fallecimiento le afectó mucho en una época clave de su desarrollo deportivo. Según contó el tenor escritor, «los técnicos viajaban a San Antonio y lo traían a jugar. No había caso. Se perdió y durante mucho tiempo no jugó».

Por eso se demoró más tiempo que el promedio en surgir y destacar como futbolista. Fue a los 22 años y en San Luis de Quillota, donde se consagró como ídolo y goleador al anotar 41 tantos en un solo campeonato. «Es un futbolista que madura tarde».

A Colo Colo llega recién a los 26 años, al igual que otro nombre clave del equipo albo: Esteban Paredes, que arriba al equipo a los 29 años.

Después de retirarse por un tiempo del fútbol profesional y vivir una etapa amateur -de nuevo, en su ciudad natal, San Antonio-, hoy, con 39 años y con 77 kilos de peso, Suazo se mantiene vigente en Deportes La Serena, donde destaca por una excelente condición física para su edad. «Si uno lo compara Jaime Valdés o el mismo Paredes, Suazo está en mejor condición física que ellos».

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