Nicolás Jarry: Una vida ligada al deporte

ALBERTO STEPHENS

Nicolás Jarry atraviesa el mejor momento de su corta carrera profesional. El chileno ya está entre los mejores 50 del ATP y este jueves avanzó a semifinales en Kitzbuhel, tras derrotar 7-5 y 6-3 al italiano Matteo Berrentini.

El joven deportista, de tan solo 22 años, comenzó desde muy chico a destacar en disciplinas deportivas según recuerda Marcelo Fernández, su técnico en la selección de fútbol del colegio Monte Tabor y Nazaret.

"Lo conocí en Kinder, era muy hábil y más alto que los demás. Le costaba enfrentar la derrota y en eso trabajamos desde pequeño. Hacía gimnasia de forma privada, en el estadio Manquehue, además de las clases de Educación Física en el colegio. Le gustaba mucho el fútbol, le decíamos Peter Crouch porque siempre ganaba todos los cabezazos. A partir de sexto básico se inclinó por el tenis, pero era muy bueno en todos los deportes", señala el profesional.

Patricio Henríquez lo tuvo en la selección de tenis y fútbol, y rememora que "siempre fue muy deportista y tenía muchas condiciones. Por el formato del colegio, empezó a participar en las copas del colegio en cuarto básico en fútbol y un año más tarde en tenis. Oficialmente participaba como futbolista, entrenaba dos veces a la semana. Como tenista entrenaba tres veces a la semana pero en forma particular".

Dante Duarte, su profesor jefe en quinto y sexto básico, lo llevó a un campeonato en Guayaquil cuando tenía 11 años. Según comenta, "era un gran futbolista y, como ya entrenaba en tenis, lo hice competir en el lanzamiento de la pelotita, que ganó por lejos. Tenía una ventaja de altura enorme sobre los niños de su edad".

SU DESARROLLO COMO DEPORTISTA

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Henríquez revela por qué finalmente Jarry se terminó inclinando por el tenis: "Aparte de la tradición familiar, pues su abuelo (Jaime Fillol) es uno de los mejores tenistas en la historia nacional, él empezó a motivarse por los resultados que obtenía. Sus logros eran bien altos en el tenis y eso fue clave para su motivación".

Respecto al fútbol, el técnico apunta que "le gustaba y apasionaba mucho, como a todos los niños. Pero nunca manifestó su deseo de ser profesional y probarse en las divisiones menores de algún club".

Fernández complementa que "en kínder lo integré a un campeonato de fútbol, el que jugó hasta sexto básico. A partir de ahí comenzó a entrenar mucho más tenis y dejó de jugar fútbol por el colegio. Era un muy buen cabeceador y tenía un gran finiquito. Metió hartos goles cuando le tocó jugar".

Para Duarte, la principal característica de su ex alumno "es la perseverancia. Viene de un tema familiar, inculcado por sus papás. Para ellos es fundamental perseverar en todo lo que se proponen. Además, el "Nico" siempre tuvo sus ideas muy claras y una muy buena persona".

"Siempre fue un jugador de equipo. Tenía claras sus virtudes y debilidades, en ese ámbito era un gran aporte al equipo, que es algo que el colegio siempre ha trabajado. Su generación tuvo muy buenas deportistas, el 80% de ellos estaba en distintas selecciones. Hemos tenido una excelente relación con él y su familia, la comunicación sobre su desarrollo siempre fue directa", relata Fernández.

APOYO FAMILIAR Y ESCOLAR

Cuando Nicolás regresó al Monte Tabor y Nazaret después de vivir en Estados Unidos, el colegio fue fundamental para que pudiera salir con sus compañeros de cuarto medio y poder seguir con sus entrenamiento, de acuerdo a Duarte: "Él quería graduarse con sus amigos y le hicimos una malla curricular diferente, le adaptamos la malla en los últimos dos años para que hiciera algunos ramos y pudiera entrenar. Le iba muy bien en matemáticas e inglés, era un alumno medio inquieto pero nunca tuvo problemas con las notas".

"El apoyo del colegio fue muy importante para que pudiera ser deportista, nunca le pusimos un problema para que dejará de entrenar con la selección de fútbol si es que tenía entrenamientos o torneos de tenis. Cuando vuelve, le ofrecimos un sistema de venir a clases en la mañana y retirarse cerca del mediodía para que cumpliera con sus prácticas. Si necesitaba viajar, siempre tuvo facilidades y no había problemas en que hiciera las pruebas otro día", complementa Henríquez.

Sobre la familia Jarry, Duarte expresa que "ellos apoyan todo lo que sus hijos quieran ser. Sus papás son ejemplares y siempre les dejaron las cosas claras cuando la situación lo ameritaba. Su hermano, Diego, también está con campeonatos y torneos y siempre ha tenido apoyo. Son muy parecidos pero Diego es mucho más de piel, y he escuchado que tiene más potencial".

Fernández también entrega otro antecedente sobre su familia deportista: "Sus papás destacaron en el vóleibol y llegaron a ser seleccionados nacionales, por eso los conocí. Con ellos trabajamos sus falencias y no me extraña que esté destacando y teniendo buenos logros. En mi opinión personal lo mejor está por venir. Sobre sus hermanos, Diego y Sebastián, son muy buenos en el tenis y fútbol y todos han demostrado un potencial deportivo enorme. El trabajo en conjunto entre la familia y el colegio ha sido muy importante".

MASSÚ Y GONZÁLEZ

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Sobre las características de Jarry como tenista, Henríquez explica que "es un sacador excelente y cuenta con una gran derecha y un buen revés. Lo que tiene que consolidar es el aspecto mental, de mantener la concentración todo el partido y no caer en lagunas. Esas desconcentraciones le han costado en ciertos momentos. Para mí, el triunfo sobre Dominic Thiem en Hamburgo es su partido bisagra".

Su antiguo profesor, además, confiesa qué tan importante es para Jarry tener a Nicolás Massú como capitán en la Copa Davis: "Él le ha enseñado a no dar por perdidos los puntos y a ganar con esfuerzo y no solo con el talento. En ese sentido es muy distinto al “Chino” Ríos. En la serie con Argentina, en el duelo contra Guido Pella, Massú lo regresó al partido y eso fue clave para el triunfo. Su trabajo se complementa bien con el de Martín Rodríguez".

Respecto a las comparaciones con el "Vampiro" y Fernando González, Henríquez dice que "su carrera me parece que será parecida a la de ellos dos, a diferencia del “Chino” que tuvo un ascenso más rápido. Acá queremos que explote de inmediato, pero su desarrollo será más lento y trabajado.  Yo creo que perfectamente puede emular lo que hizo Fernando de ser finalista en un Grand Slam".

GARÍN, EL DEPORTE EN CHILE Y EL TECHO DE JARRY

Consultado por el proceso juvenil que vivió junto a Christian Garín, el entrenador de tenis del Monte Tabor comenta cómo le sirvió a Jarry: "En ese período hubo varios jugadores, además de ellos, pues jugaban Malla, Saavedra y que ganaron varios campeonatos cuando chicos. El foco siempre estuvo en Garín por haberle ganado Roland Garros Junior a Zverev, que ahora es 3 del mundo. Eso nos pasa en Chile, como las portadas las acapara el fútbol y no otros deportes, cuando alguien destaca se le pone mucha presión encima. El “Nico” tuvo un progreso mucho más tranquilo que Christian".

En dicho sentido, el también profesor crítica la mentalidad deportiva que hay en nuestro país: "Si en Chile no tienes plata para ser deportista, jamás llegarás al máximo nivel. Fernanda Labraña estuvo cuarta a nivel sudamericano y jugó muy pocos torneos en la gira Cosat. Si la hacía completa hubiera sido sin problemas número uno. Muchas veces tenido equipos de grandes jugadores y no han podido desarrollarse. Por lo mismo el "Nico" se empieza a consolidar como jugador en Estados Unidos".

Por último, Henríquez da luces de cuál es el límite para su ex pupilo. "Sin dudas está para ser top ten. Puede tener un partido completo de saque y volea, aprovechando su altura, o también ganarte batallando desde el fondo de la cancha. Su plus siempre fue el saque, marcaba muchas diferencias en los torneos escolares. Es un jugador muy completo. Si llega a ganar un Grand Slam, se meterá en la historia grande del deporte chileno, como lo hizo el Ríos con el número uno del mundo y Massú con la doble medalla olímpica".