Ciudadano a Pata: La historia del Santuario de Lo Vásquez

En el Ciudadano ADN tuvimos una nueva edición de Ciudadano a Pata junto a Mario Cavalla, quien dedicó su columna a las festividades religiosas, a propósito de la tradicional peregrinación a Lo Vásquez que suele realizarse entre los días 7 y 8 de diciembre.

«Este tema convoca a mucha gente y al igual que el año pasado va a estar súper restringido. Pero está muy en la órbita. Uno como que ya relaciona el 8 de diciembre, primero porque es feriado, pero sobretodo por todo lo que significa», comenzó diciendo el Ciudadano a Pata en su columna dedicada a las festividades religiosas.

A lo anterior Cavalla añadió que «estamos hablando del Santuario de Lo Vásquez y toda la peregrinación que se logra desde el día anterior».

«Se dice que más o menos la cantidad que se moviliza en torno a este ritual bordea las 700, 800 mil personas, caminando desde un santuario de una localidad en donde deben vivir 500 o 1000 personas», agregó.

Así el periodista planteó que una de las características de las festividades religiosas a lo largo país son los «lugares pequeños, y una iglesia de mediano tonelaje. No una catedral como la iglesia de una capital, pero que convoca harto».

«Por lo tanto lo que se provoca en ese sitio días anteriores y posteriores, realmente es para un estudio sociológico importante», reflexionó.

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La historia del Santuario de Lo Vásquez

Según detalló el columnista del Ciudadano ADN, el origen del popular Santuario de Lo Vásquez, «se sitúa a mitad del Siglo XIX».

«Había un señor llamado José Ulloa, que tenía la imagen de una virgen en su casa. Le hizo un homenaje y la puso en su patio y mucha gente creyente del sector se empezó a acercar y le pedían permiso para ir a rezarle», narró Mario Cavalla.

En línea con lo anterior el periodista añadió que «ocurrió que hubo un par de petitorios por parte de estos creyentes que parece que funcionaron bastante bien. Ciertos milagritos se provocaron».

«Eso provoca un boca a boca. Así, el señor tuvo que parar una pequeña capilla y fue tanto lo que fue creciendo que incluso se le fue arrebatada esta imagen por un farey de esa época. Quería que esto se convirtiera en un futuro templo, porque estas oraciones a nuestra señora purísima de Lo Vásquez ya merecía un escenario mucho más acogedor y convocante», señaló.

A lo anterior el columnista mencionó que «finalmente la familia Leiva Vásquez regaló un terreno en donde se emplea actualmente».

«En 1908, después del terremoto del 1906, se levanta finalmente el santuario que conocemos hasta el día de hoy», aseguró.