Fonoaudióloga y Premio Mujer Impacta busca crear conciencia de los trastornos del lenguaje en la infancia: «La familia piensa que es un niño más regalón»
En el Día de la Conciencia por el Trastorno de Lenguaje, Ciudadano ADN conversó con Pía Villanueva, galardonada por un proyecto de estimulación a niños de la Isla Robinson Crusoe. "La S con la lengua afuera o la R que no existe es fundamentalmente fonoaudiológico", advirtió.
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La fonoaudióloga Pía Villanueva, ganadora del Premio Mujer Impacta 2019, está empeñada en generar conciencia por el desarrollo correcto del lenguaje. Una causa que la llevó a crear un programa de estimulación a niños de la Isla Robinson Crusoe.
En el Día de la Conciencia por el Trastorno de Lenguaje, este 30 de septiembre, Pía contó en Ciudadano ADN que este tipo de trastornos suelen ser de carácter genético. «Lo bueno sería que, si una familia sabe que tiene antecedentes, trate de estimular más el lenguaje», explicó.
La prevalencia mundial de los trastornos de lenguaje es de alrededor del 10% de los niños. El problema es que muchos de ellos son «casos en los que uno como papá no se ha preocupado, y los médicos dicen que todo va perfecto, solo que cuando aprenden a hablar, aprenden más tarde. Y la familia piensa que es un niño más regalón».
Por eso, para enfrentar el problema, Pía recomienda «darle un espacio verbal» al niño, es decir, «que no le esté hablando todo el mundo todo el día, pero que tampoco les sirvan de traductor simultáneo» a fin de que deje atrás los ruidos para expresarse y tienda a reemplazarlos por palabras.
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La pandemia, explicó Pía, pudo ser una oportunidad para que niños con trastornos de lenguaje pudieran superarlo mejor, teniendo a sus padres en casa. «Muchas familias que comenzaron la estimulación de lenguaje durante la pandemia se comportaron mejor que en un tratamiento presencial. No es que fueran malos papás antes, sino que estaban trabajando fuera de la casa y corriendo todo el día». Pía recalca que es importante que las sesiones se deben hacer en la casa y la vida del niño, «con sus juguetes y sus comidas».
El éxito en el tratamiento, en tanto, tiene que ver con consultar en el minuto adecuado. Lo normal, explica la fonoaudióloga, es que los niños comiencen a hablar a los dos años «tanto que los papás dicen por favor cállate». Si a esa edad «todavía siguen en las palabras sueltas, es mejor consultar. A veces consultan a los cinco años, cuando les está costando el aprendizaje en el colegio o en el jardín infantil, y ahí se dan cuenta que hay un trastorno de lenguaje».
El trastorno de lenguaje puede estar asociado a otras condiciones, como síndrome de Down, problemas para escuchar o autismo. «Es uno de los síntomas». Sin embargo, también existe el trastorno específico de lenguaje, que no va acompañado de otras condiciones, y la importancia de conmemorarlo es «porque no se ve. Es un trastorno invisible». Además, recordó la experta, en Chile la fonoaudiología «es muy joven»: la disciplina se practica hace no más de 50 años, y existen muy pocos profesionales «porque solo nos formábamos en la Universidad de Chile. Muchas veces los papás van como ping pong hasta que alguien logre dar con el diagnóstico».
«No es para asustarse, nuestros hijos heredan todo lo nuestro, lo bueno y lo malo», puntualizó Pía, a propósito del carácter genético del trastorno. Por eso, recalcó, «si sabemos que tuvimos un problema para hablar, ojalá consultar lo antes posible». Además, hay que evaluar a cada niño en su individualidad: algunos pueden necesitar solo tratamiento fonoaudiológico, mientras otros necesitan terapia ocupacional o psicobullying porque arrastran problemas psicológicos. «La S con la lengua afuera o la R que no existe es fundamentalmente fonoaudiológico», advirtió la experta. Su corrección, sin embargo, «es como hacer un abdominal: al principio no sabemos, pero después el cuerpo sabe».