Alerta de Tsunami en Chile: Cómo hablar con tus hijos en medio de una emergencia (y algunas formas de canalizar el estrés)

Ante la alerta de tsunami que afecta las costas de Chile tras un terremoto 8,8 ocurrido en Rusia, muchas familias enfrentan momentos de tensión e incertidumbre. En este contexto, niños y niñas también perciben el temor, por lo que es fundamental ofrecerles contención emocional y mantener una comunicación clara y adaptada a su edad.

Preguntar y escuchar sin presionar es el primer paso. Es importante conocer lo que los menores entienden de la situación: “¿Qué sabes sobre lo que pasó?”. Si no quieren hablar, no los obligue. Los más pequeños suelen necesitar espacios breves pero frecuentes para expresar lo que sienten.

Explicaciones simples y sin mitos

Es recomendable dar explicaciones simples y reales, como por ejemplo: “La tierra a veces se mueve produciendo algunos daños. Esto es algo que sucede en Chile, pero pasa solo cada varios años”. Es clave no mentir ni asociar lo ocurrido a seres, entes o animales. Decir “esto no va a volver a pasar” puede generar más miedo si ocurren nuevas réplicas o emergencias.

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Evite la sobreexposición a noticias

Durante situaciones como la actual alerta, la televisión y las redes sociales pueden intensificar el temor infantil. Por eso, se recomienda restringir el acceso a noticieros y ser los adultos quienes filtren o expliquen lo que está ocurriendo, con un tono tranquilo y comprensible.

Otras formas de expresión: dibujar y jugar

No todos los niños querrán hablar directamente sobre la emergencia. Muchos prefieren dibujar, jugar o contar historias para procesar lo que han vivido. Invítelos a expresar lo que sienten a través de estas actividades, validando sus emociones sin juzgar.

El rol clave de los adultos: consuelo y calma

Los niños tienden a reflejar las emociones de sus adultos cercanos. Mantener la calma, incluso ante réplicas u otras alertas, es clave para transmitir seguridad. No se trata de ocultar lo que ocurre, sino de reaccionar con control y dar consuelo efectivo, mediante abrazos, cercanía y tiempo compartido.

Volver a la rutina lo antes posible también ayuda en su recuperación emocional. Retomar horarios de comida, sueño y actividades recreativas como ir a la plaza o pintar, contribuye a restablecer su sensación de normalidad.

Recuperación emocional y participación solidaria

La mayoría de los niños se recupera con el apoyo de sus cuidadores durante las primeras semanas. Además, involucrarlos en acciones solidarias –como reunir ropa o juguetes para los más afectados– les permite canalizar la experiencia de forma positiva, reforzando valores de empatía y colaboración.

Por último, recuerde cuidarse usted también. Su bienestar emocional es clave para brindar contención efectiva. Usted es la persona más importante para ayudar a su hijo o hija a sentirse seguro, amado y acompañado.