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“Conclave” de Hollywood vs. realidad vaticana: expertos analizan en qué acierta y qué falla en la película sobre la elección papal

La cinta es elogiada por su recreación del ambiente y las conversaciones pre-cónclave, pero criticada por inexactitudes en protocolos y la representación simplista de la política interna de los cardenales.

“Conclave” de Hollywood vs. realidad vaticana: expertos analizan en qué acierta y qué falla en la película sobre la elección papal

Con la especulación en torno a un futuro cónclave — proceso milenario para la elección de un nuevo Papa —, la película “Conclave” (2024) ha puesto el foco de Hollywood sobre los misterios del Vaticano. Si bien el thriller político ha cautivado a la audiencia por su intriga y ceremonia, expertos en asuntos vaticanos advierten que, aunque visualmente lograda, la cinta toma libertades significativas con las reglas y protocolos reales.

La película, descrita como un melancólico thriller político, ha servido para introducir a muchos espectadores laicos al antiguo proceso de selección papal, mostrando algunos de sus rituales, reglas arcanas y problemáticas contemporáneas de la Iglesia Católica. Sin embargo, los especialistas consultados señalan que la ficción no siempre se ajusta a la estricta realidad.

Lo Que la Película Capta Correctamente:

Expertos coinciden en que la película logra recrear de manera efectiva la apariencia y la atmósfera de un cónclave. William Cavanaugh, profesor de estudios católicos en la Universidad DePaul, señaló que la cinta “acierta mucho” al intentar reproducir la “puesta en escena del Vaticano” y mostrar que gran parte del drama previo “gira en torno a las conversaciones entre cardenales antes del cónclave”, opinan en conversación con agencia AP.

El reverendo Thomas Reese, analista senior del Religion News Service y experto en el Vaticano, elogió los “maravillosos” valores de producción, aunque con un pequeño detalle: notó que el color rojo de las vestimentas cardenalicias en la película era un rojo intenso, mientras que en la realidad es más bien naranja. “Francamente, me gusta más la versión de Hollywood”, comentó Reese, autor de “Dentro del Vaticano”.

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Massimo Faggioli, profesor de teología histórica en la Universidad de Villanova, agregó que la película se alinea con la expectativa de un cónclave rápido en la vida real, ya que un proceso largo podría interpretarse como una señal de división o incluso cisma en la Iglesia.

Las Fallas y Licencias Dramáticas (“Agujeros de la Trama Sagrada”):

Pese a los aciertos visuales, los especialistas identifican errores importantes que distorsionan el proceso real del cónclave:

  1. El Cardenal “In Pectore” No Anunciado: El error más grave, según Reese, es la inclusión en el cónclave de un personaje clave, el arzobispo de Kabul, nombrado cardenal “in pectore” (en secreto) por el Papa fallecido, pero cuyo nombre no fue anunciado públicamente. Tanto Reese como Cavanaugh son enfáticos: si el nombre de un cardenal “in pectore” no es revelado públicamente por el Papa antes de su muerte, esa persona “no tiene derecho a asistir al cónclave” ni a votar. Cavanaugh, sin embargo, rescata que esta inverosímil situación apunta a una verdad sobre los cónclaves: los cardenales no siempre saben cómo será realmente un Papa una vez elegido.
  2. Violación del Secreto de Confesión: Otra historia “extravagante” es la del decano del Colegio Cardenalicio rompiendo el secreto de confesión al revelar a otro cardenal lo confesado por una monja. Reese sentencia que esto sería un “pecado mortal” y acarrearía la excomunión automática, siendo un acto “flagrantemente erróneo”.
  3. Compra de Votos y Politiquería Exagerada: William Cavanaugh considera que la representación de un cardenal pagando por votos es “algo inaudito en los tiempos modernos” y que la “politiquería” mostrada en la película está exagerada para el drama.
  4. Etiquetas Políticas Simplistas: Kurt Martens, profesor de derecho canónico en la Universidad Católica de América, apunta que la película se equivoca al presentar a los cardenales simplemente como defensores “liberales” o “conservadores”. Según Martens, esas etiquetas “no nos ayudan” porque los cardenales son muy cautelosos con sus opiniones, e incluso un cardenal considerado liberal bajo estándares eclesiásticos es bastante conservador según estándares seculares. Añade que la regla de la mayoría de dos tercios asegura que los perfiles “extremos” rara vez obtienen suficientes votos.

En conclusión, mientras “Conclave” ofrece una mirada intrigante y visualmente competente al proceso de elección papal, los expertos subrayan que es una obra de ficción con licencias dramáticas significativas que no deben tomarse como un reflejo preciso de todas las reglas y la complejidad sutil del cónclave real.

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