ADN Hoy. Fiscal de La Araucanía destaca Ley Antiterrorista y detalla conceptos claves de la normativa: “Ofrece herramientas que antes no teníamos”

Durante la mañana de este jueves, el fiscal regional de La Araucanía, Roberto Garrido, abordó en una entrevista con ADN Hoy los alcances de la nueva legislación antiterrorista y su impacto en las investigaciones realizadas en la macrozona sur.

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En esa línea, Garrido destacó que la normativa anterior cuenta con distintas limitaciones para acreditar delitos de carácter terrorista y aseguró que “la aplicación era muy restringida, porque las pruebas necesarias para acreditar los elementos de los delitos terroristas eran difíciles de reunir. En casos como el homicidio del matrimonio Luchsinger Mackay, la Corte Suprema concluyó que no se trataba de un delito terrorista, a pesar de los antecedentes que presentamos”.

“Esto ocurría porque la legislación exigía probar que el acto había sido cometido con la intención de causar temor generalizado, lo cual es un concepto subjetivo y muy complejo de acreditar en un tribunal”, explicó.

El fiscal valoró los avances de la nueva normativa, donde destacó que considera una definición más coherente de los elementos necesarios para acreditar estos delitos: “Hoy día hay un avance significativo. La legislación tiene una mayor coherencia con otros cuerpos legales y ofrece herramientas que antes no teníamos. Por ejemplo, ahora se puede imputar a individuos sin necesidad de probar la existencia de una organización terrorista, lo cual era un gran obstáculo antes”, señaló.

“Lobo solitario”

Esto, tras la aparición del concepto de ‘lobo solitario’, que se refiere a personas que actúan de manera aislada. “Previamente, quedaba fuera del alcance de la ley, pero ahora podremos perseguir esos actos (terroristas solitarios) de forma más efectiva”, dijo. En ese contexto, destacó que la ley ofrece “mejores herramientas para enfrentar nuevos desafíos en la lucha contra el terrorismo”.

Respecto al catálogo de delitos cubiertos, Garrido explicó que la nueva ley amplía su alcance para incluir acciones vinculadas, como el secuestro o la explotación ilegal de recursos. “Esto incluye no solo actos directamente violentos, sino también aquellos que generan las condiciones para que estos ocurran, como el financiamiento a través de actividades ilícitas. En la práctica, esto nos permitirá abordar las raíces de los delitos y no solo sus manifestaciones más evidentes”.

Sin embargo, enfatizó que la implementación de esta normativa no transformará de inmediato las dinámicas investigativas. “Va a haber un periodo de ajuste para que podamos aplicar estas herramientas de manera efectiva. Esto no será un cambio de la noche a la mañana, pero sí representa un avance en la dirección correcta”.

En cuanto a las organizaciones con potencial naturaleza terrorista, destacó su dependencia de recursos económicos para operar. “Lo vemos con grupos como la Coordinadora Arauco Malleco, que necesitan fondos para adquirir armas o municiones. Esto los lleva a cometer delitos como robos con intimidación o incluso el tráfico de drogas. La nueva legislación nos permite perseguir estas actividades bajo las reglas de la ley antiterrorista, lo cual amplía considerablemente nuestras capacidades de investigación”.

IMSI Catcher

Un aspecto relevante de la normativa es la incorporación de herramientas tecnológicas como el IMSI Catcher, dispositivo que permite geolocalizar teléfonos con mayor precisión. Sobre esto, Garrido afirmó que “esta tecnología se usa hace más de 20 años en países como Canadá o Alemania, y su implementación está debidamente controlada por jueces de garantía, lo que asegura que no haya discrecionalidad en su uso”.

“La modernización de las herramientas investigativas es esencial para estar a la altura de los desafíos actuales. No se explica por qué estábamos tan atrasados en este aspecto, pero con esta ley estamos dando un paso necesario”. También subrayó que la implementación de estas tecnologías podría marcar una diferencia significativa en la eficiencia de las investigaciones.

“Siempre van a surgir nuevos desafíos para acreditar los elementos de los delitos, especialmente en el ámbito del terrorismo, donde las estrategias cambian rápidamente. Es un trabajo que exige renovar nuestras técnicas y métodos investigativos de manera continua. Solo así podremos garantizar que se haga justicia y que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos”, concluyó.