Esta semana Netflix estrenó el documental Antares de la Luz: La secta del fin del mundo, un registro que rápidamente se ha posicionado como lo más visto en los rankings del servicio de streaming.
La pieza de 1 horas y 40 minutos precisamente da cuenta del séquito liderado por el hombre y “relata los eventos que condujeron a un crimen que conmocionó a Chile y al mundo”.
Así la idea rememora un hecho brutal ocurrido en el año 2012 donde el grupo quemó vivo a un recién nacido como parte de un ritual en una hoguera.
¿Quién era Antares de la Luz?
Ramón Castillo Gaete o Antares de la Luz, nacido en Santiago en el año 1977, fue un músico andino, profesor y el líder de la mediática secta de Colliguay que partió en la capital pero que se trasladó a la región de Valparaíso.
Su camino en la rama espiritual comenzaría en 2007 tras un viaje a China que lo marcó para siempre y en 2009 fue el punto en que comenzó a sumar seguidores mediante grupos de meditación.En su mayoría reclutó a jóvenes de familias acomodadas y con complejos historiales personales.
Estos últimos se habrían convencido de que él tenía capacidades especiales como poderes energéticos e incluso se trasladaron a vivir en conjunto. De hecho, afirmaba ser una reencarnación de Dios.
Y si bien este sometía a sus discípulos a restricciones importantes que iban desde qué comer, cuándo tener relaciones sexuales e incluso cuánto tiempo dormir, el hecho más relevante del historial llegó en el año 2012 cuando su seguidora Natalia Guerra quedó embarazada.
El bebé nació en noviembre, fue bautizado como Jesús y significó una señal de desconfianza para Antares. En simple, este pensaba que se trataba del Anticristo y que era una señal del fin del mundo que supuestamente llegaría en diciembre del mismo año.
¿La decisión? Cavar un hoyo en un predio y quemarlo vivo en una hoguera. Un acto que pasó desapercibido en el momento pero que explotó en 2013 luego de que la secta se desintegrara.
Tras una denuncia anónima comenzó una indagatoria por parte de la Policía de Investigaciones (PDI) y los miembros de la secta de entregaron.
Eso sí, Antares de la Luz se mantuvo prófugo por varios meses. El mismo fue encontrado muerto en la ciudad de Cusco en Perú a sus 35 años. Claro que el proceso judicial siguió su curso.
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