“Comenzó como un grano”: hombre desarrolla tumor del tamaño de una sandía en su cuello

El sorprendente tumor del cuello de un hombre en Arizona, Estados Unidos, creció durante casi dos décadas y se volvió tan grande e incómodo que le costaba comer, bañarse e incluso girar la cabeza de lado a lado.

Se trata de Tim, un hombre de 62 años de Scottsdale, el cual tenía un tumor de 5,5 libras que crecía al lado derecho de su cara y cuello. Si bien la masa comenzó como “un pequeño grano junto a mi oreja”, Tim dijo que siguió creciendo durante 16 años.

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El tumor fue evolucionando y con el tiempo, se hizo tan grande que empezó a ejercer presión sobre su oreja, mandíbula, cuello y garganta. Debido a su tamaño, el tumor estaba distorsionando el rostro de Tim. Además, tenía dolor de cabeza todos los días.

Tim nunca pudo extirpar el tumor porque no tenía seguro médico ni dinero para financiar la cirugía. Pero cuando el cirujano, Dr. Ryan Osborne, se acercó a él, recibió la esperanza de poder finalmente vivir una vida normal, publica el Daily Mail.

El tumor de Tim apareció por primera vez en 2007, cuando tenía 46 años. Pensando que era un grano, lo apretó para ver si reventaba. Pese a esto, no pasó nada. Con el paso de los años, el tumor creció hasta alcanzar el tamaño de un guisante y le pidió a otra persona que intentara reventarlo. Aun así, no se reventó.

Un día, se despertó y se dio cuenta de que era del tamaño de una pelota que rebotaba. Cuando recurrió a Internet en busca de respuestas, Tim manifestó que toda la información indicaba que fuese un quiste sebáceo, el tipo más común de quiste cutáneo. La mayoría de estos quistes no necesitarán tratamiento.

La cirugía de Tim

Pero con la ayuda del Dr. Osborne, Tim tuvo la oportunidad de eliminar el tumor, al que un amigo apodó “Pequeño Timmy”. Después de examinar el crecimiento, el médico dijo que sospechaba que el tumor provenía de la glándula parótida de Tim, una glándula que produce saliva.

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“Tener tumores en esta glándula no es raro, pero suelen tener el tamaño de una nuez. Uno tan grande como el de Tim es “inusual” y se parecía más a una sandía”, dijo el Dr. Osborne.

Si bien el cirujano se sentía cómodo extirpando la masa, expresó su preocupación por la manipulación de los nervios faciales que la atraviesan: cortar el incorrecto podría provocar parálisis facial. Sin embargo, el detalle más preocupante que es que había una pequeña posibilidad de que la masa fuera cancerosa.

Dos días después, el Dr. Osborne y su colega, el cirujano plástico Dr. Jason Hamilton, operaron la cara y el cuello de Tim durante casi cinco horas. Durante el transcurso de la cirugía, el Dr. Osborne pudo identificar y evitar los nervios faciales principales. Quitó toda la masa y el Dr. Hamilton pudo reconstruir la mejilla.

Tim se despertó todavía capaz de sonreír y mover toda su cara. Una semana después, el Dr. Osborne le dijo a Tim que la patología era “lo mejor que se puede encontrar”. El tumor era completamente benigno, sin signos de cáncer. Además, los resultados mostraron que el tumor era “consistente con un tumor benigno de parótida llamado adenoma pleomórfico”.

Los adenomas pleomórficos son el tipo más común de tumor salival, representan del 70% al 80% de los tumores benignos de las glándulas salivales y son especialmente comunes en la glándula parótida. Cada año, estos crecimientos representan de dos a 3,5 casos por cada 100.000 personas, según datos del NIH.

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