“Ella siempre se quedaba encerrada”: vecinos revelan sospechoso detalle en casa de monja imputada por hallazgo de un cadáver en Ñuñoa
El caso del cuerpo dio un giro inesperado cuando la investigación se centró en la mujer de 80 años, quien aparentemente era cercana a la persona fallecida.
Una vecina de Ñuñoa proporcionó detalles sobre la religiosa que fue interrogada por la Policía de Investigaciones tras el descubrimiento de un cadáver en una vía pública. Según la vecina, la mujer es viuda y forma parte de una congregación religiosa. Describió su casa como “normal” y mencionó que la religiosa suele salir con un carrito de feria.
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“Una persona que quedó viuda, que se metió a una congregación. Fuera de eso, una relación normal, una persona que salía de su casa con un carrito de feria”, contó en Mucho Gusto.
La mujer de 80 años fue descrita como activa y lúcida, aunque “dentro de la edad en la que se le olvidan las llaves”. Además, la vecina mencionó que “años atrás vivió con una colega, con otra monjita. Vivieron unos años, pero de repente no se vio más, parece que volvió a su casa”.
Coincide con la versión de Fiscalía y PDI
La vecina también comentó que la religiosa modificó su casa después de la muerte de su esposo, transformando tanto el exterior como el interior. “Había jardín afuera, pero puso piedra. Eso fue siempre súper extraño”, comentó. Y luego agregó: “Es una casa normal, muy cerrada, ella siempre se quedaba encerrada”.
La religiosa tiene dos hijas y un hijo, según revela la vecina. Esta última también indicó que después de enviudar, la monja vivió sola por un tiempo antes de que apareciera una colega. Sin embargo, esta colega dejó de ser vista antes de la pandemia.
Todo en línea con la información brindada por funcionarios de la Policía de Investigaciones (PDI) y la Fiscalía, quienes entregaron nuevos detalles de la investigación por el cuerpo esqueletizado hallado el lunes al interior de una bolsa en la comuna de Ñuñoa. Y es que la mujer religiosa de 80 años, supuestamente era amiga de la persona fallecida y habría guardado las osamentas en una casa por cerca de un año, todo porque “habían hecho un pacto”.
